martes, 20 de agosto de 2013

Correspondencia con Silvina Devalle




Carta de Silvina Devalle a Pedro Peretti

Pedro:
     Siento la necesidad de escribirte. No es usual en mí, ya que siempre prefiero las cosas dichas personalmente y mirando a la cara.
Seguramente no faltará oportunidad para hacerlo.
 Pero es tal la sorpresa e indignación que tengo, que recurro al papel (una manera de decir…).
Quiero hacer la cuenta de los años que nos conocemos, y creo que supera una década… es decir no es de ayer. Transitando espacios comunes de militancia, fueron más las veces que nos dijimos que nos sobraban las diferencias, lo cual es cierto, fundamentalmente en el estilo y la manera de concebir la construcción política. Cada uno -en esos espacios comunes- sabe lo que hizo, y entre nosotros no hay máscaras, yo al menos siento que vos me conoces.
No sé si me ahoga la bronca o el dolor.
 En el año 2001 o poco después, donde muchos como yo hacíamos malabares para vivir, porque no teníamos laburo y encima dejábamos nuestra fuerza de trabajo en la salud pública, la FAA estaba jugada en el compromiso maravilloso de unirse codo a codo con los laburantes, ocupados y desocupados y con otros sectores de lo que llamamos el campo popular. Veníamos del FRENAPO ¿te acordas?  Veníamos de creer en todas las experiencias de cooperación más genuinas. Uds hicieron la patriada de ser un gobierno socialista en Máximo Paz en uno de los peores momento de este país, en fin podría enumerar cientos de cosas compartidas.
  Por ese entonces se echaba mano a los programas que eran los famosos Jefes/as de Hogar desocupados. Con ellos casi 100 hombres y mujeres de Paz y Alcorta, gracias a la gestión de la FAA, recibieron durante algunos años ese “paliativo” (para nosotros fue el único ingreso seguro durante mucho tiempo)… Sabés de donde vengo y nunca renegué de ello, al contrario nadie me va a enseñar lo que significa criar un hijo sin un mango…
  Horas de discusión entre nosotros acerca de qué haríamos con esos planes, los dejábamos como mero asistencialismo o nos animábamos a soñar en que tal vez servirían como punto de partida para otra cosa ¿Cómo hacer algo desde la nada misma? Para colmo teníamos clara conciencia de que la gente  no podía quedar únicamente como “beneficiarios” de un programa social que atemperaba la caída de los que ya estábamos  afuera del sistema, y sin saber cómo ni qué hacer, en el caso de Alcorta, nos largamos a que los PEC sean a cambio de una capacitación (otros locos se sumaron y pensaron lo mismo). Historia que ya conoces.
  En el 2003 armamos la Cooperativa de Trabajo de Alcorta, y la primera experiencia fue envasar Yerba de los productores misioneros (MAM).  Hoy aprendimos que las empresas sociales, son empresas, en ese entonces -al menos en mi caso- me hacía trampas el romanticismo de creer que ganar plata era ser capitalista.
Artesanalmente hicimos todo (no sólo hablo del envase en bolsita de tela) también la constitución de la cooperativa, y  decidimos que teníamos que tener una existencia formal, y hubo muchos que nos ayudaron, para que lográramos tener nuestra matrícula provincial y nacional.
  Eso permitió que pudiéramos recibir del INAES (y otra vez gracias a la FAA) ayudas (subsidios) que no sólo nos sirvieron a nosotras sino también a otros (¿te acordás que a la Escuelita Motto le pudimos dar una mano?)
  Articulamos con la cooperativa de los internos del AGUDO AVILA, nos pusimos la camiseta del comercio justo, nos juntamos con los asambleístas de Rosario, ¡¿QUÉ NO HICIMOS?! Mientras en ese mismo momento surgían y morían en el intento las cooperativas de trabajo, nosotras seguimos adelante…
  Miro para atrás, y siento un nudo en la garganta cuando me ENTERO QUE EN MEDIO PAÍS CIRCULAN MENSAJES TUYOS HABLANDO DE LA ¡COOPERATIVA TRUCHA!  ¿Por qué?  Te metiste con una historia, no con una cooperativa, no sé ni me interesa el motivo de tu infamia, sé que me gana la bronca porque muchos dejamos tiempo, laburo y mucho corazón en esa cooperativa.
  Hace tiempo que queremos reconvertir nuestra actividad económica, porque como te dije arriba, el fin primero fue “que hubiera un lazo de trabajo común”, cosa que nos diferencia de las empresas recuperadas, donde ese lazo ya existe y en cambio nosotros lo teníamos que construir. Por eso nos “conformamos” con no ganar gran cantidad de plata (hoy digo que fuimos ingenuos), porque en realidad el trabajo tiene que generar riqueza, si no es a pérdida, pero tengo el atravesamiento de mi profesión y sigo creyendo en algún punto que las ganancias a veces no son “contables en $”, en fin un debate…
  Pedro, hablo en nombre propio, creo que las mujeres de la cooperativa sentirían la misma desazón que yo, si supieran de la existencia de tus insultos. NO LO MERECEMOS.
Discutamos si querés el proceso, la orientación, lo que quieras en relación a la cooperativa, ¡pero no voy a permitir que mientas! 
Cordialmente,

Silvina.- (ó mejor, NEGRA).

Respuesta de Pedro Peretti

Silvina:
      A vos te brota la indignacion similar a la que me produce a mí, las más de 100 filiales truchas que votan en el Congreso de FAA y tienen los "papeles en orden"... Los mismos que reclaman transparencia en las elecciones nacionales, que cuando tienen que actuar con un "cacho" de poder violan constantemente toda norma. Tengo pruebas con fotos, videos y facturas incluida de lo q digo, te las voy hacer llegar. (Así te indignas con justa razón) También me indigna el uso abusivo de la entidad para cuestiones partidarias, o que se nombren delegados itinerantes, con lugares y tareas desopilantes, sólo a los efectos de hacer cosas prohibidas por el estatuto. Por lo tanto te pido comprensión por el celo de buscar transparencia electoral en FAA. Y te invito a que te sumes a luchar por lo "justo" en la entidad, así terminamos con el fraude.
  Pero vamos al grano, trataré de responder:
1) Lo que está en discusión con respecto a la Cooperativa de Trabajo de Alcorta, es que el objeto social no es compatible con el de FAA (lo charlé con Buzzi varias veces y hace tiempo).
2) La Cooperativa de Trabajo debería estar asociada a la Federación de Cooperativas de Trabajo, o como se llame la organización que las represente y NO a la FAA. Debería ser allí donde desarrolle su vida gremial y no en la interna de la FAA. Ya que la FAA se ocupa de problemas gremiales como el trigo, el maíz o la tierra; y los desocupados que procuran trabajo, son objeto de política distintas, eso no obta de ser aliados por otro modelo de país. Pero una cosa es ser Parte y otra se Aliado, ¿se entiende?
3) La FAA es una organización gremial de productores agropecuarios, no de desocupados, es ese nuestro objetivo estatutario fundacional específico, nuestra razón de ser. Podemos y debemos, ser aliados de todos los sectores populares incluidas las Cooperativas de Trabajo, pero no es lógico, ni justo, ni razonable, ni políticamente correcto que productores agropecuarios estén afiliados a organizaciones de desocupados, ni organizaciones de desocupados a entidades de productores. "Cada lechón en su teta, es la forma de mamar" dice el Martín Fierro. Si no, estimada, no existiría ninguna organización social, ni sindicato de oficio posible.
4) Tener los papeles en orden es un "trámite" relativamente sencillo para quienes tienen acceso a viajar, o tienen cargos parlamentarios, tener existencia real es otra cosa. Es gente, proyecto, funcionamiento, liderazgo, etc.
5) Lo del relato que hacés, lo comparto. Y siempre he valorado tu conducta en la vida y tu temple para superarte constantemente, lo he reconocido pila de veces en tu ausencia y lo ratifico.
6) Las diferencias conmigo la verdad que no las conozco, no sé de dónde parten, ni dónde terminan, ni las causas "reales" que las motivan. Nunca me las dijiste, ni tampoco se por qué asumiste una actitud tan hostil hacia mi persona. La verdad no lo sé, ni encuentro explicación, a veces creo sospecharlas, pero dudo.... "cosas veredes, Sancho" dice el Quijote.
5) El Gobierno Comunal de Paz nunca fue socialista, fue una confluencia de distintas culturas de izquierda. Éramos afiliados al FG (la inmensa mayoría, incluida vos), al PJ, UCR, y PS, éramos los "zurditos" del pueblo, que estábamos con Chacho, y antes éramos del Socialismo Autentico.
6) Nunca miento, me equivoco que es otra cosa, pero por no mentir. Por decir lo que pienso, por asumir riesgo y compromiso, por no ser "zaino", por no ocultar, por no ser un oportunista, ni un servil he tenido más problemas que beneficios. Así que eso no te lo permito YO.
 7) Que la Cooperativa de Trabajo de Alcorta está inactiva (con papeles, ahora), me lo manifestó E. Buzzi, quien lo supo por gente de Alcorta, podés chequearlo con él, que seguro te va a decir la verdad.
8) Pero en algo tenés razón: la calificación de "trucha" no corresponde, si a tener "papeles" se refiere, no se ajusta a la verdad, por lo tanto pido disculpas. Pero ojo que está lleno de "matrimonios con papeles" que no funcionan. La Cooperativa Eléctrica de Paz tiene "papeles" -y hasta edificio y casa propios-, pero hace 40 años que no presta ningún servicio, sólo figura en... "papeles". Se la afilió a la FAA y vota, ¿está bien eso?
9) Por eso te digo que el objeto social de la Cooperativa de Trabajo, no corresponde con la FAA y sería muy bueno que no vote en la interna de la FAA, porque no corresponde, Silvina, está mal, y vos deberías ser la primera en darte cuenta. Sinceramente, me llama mucho la atención, que confundas "peras con manzanas".
10) Si circula el mail por medio país, no es responsabilidad mía, pues lo que dije, lo dije en el marco de un análisis interno y es esto que te estoy escribiendo, y por otra parte pienso que no es tan grave (grave son las calumnias y mentiras que dice el oficialismo federado, y no me quejo)
11) Pero no te preocupes por eso, porque entonces yo tendría más motivos que vos para enojarme, pues vengo soportando de hace dos años una verdadera campaña de infamias, mentiras, demonización personal y hasta descubrimos que los mail truchos salían de computadoras de FAA (Bs As), y no ví a muchos preocupados por esa situación injusta y mentirosa.
  Por último, ni bien pueda viajar (estoy lesionado) me llego hasta Alcorta y lo discutimos, podes venir a Paz, te invito fraternalmente. Ahora Silvina, siempre hay que ponerse cinco minutos en la piel del otro, para hacer un razonamiento correcto de la situación, hacé eso y verás muchas otras cosas más, de las que sos partícipe directa o indirectamente, "el que al hierro mata, no puede pretender morir a sombrerazo" dice el refrán, o el que siembra viento...cosecha.. Como pensás que puede ser la situación.... Uds. pueden decir y hacer lo que quieren, sin ningún control, ni nada y nosotros los tenemos que aplaudir. Decía Lugo "te escupen en la cara y te dicen lindo". Pensá, reflexioná y verás que algo de razón tenemos.
  Ahora para terminar, está lo político, a qué y a quiénes son funcionales todos esos votos "truchos", los de verdad, los que tenemos filmados y fotografiados, ¿Sirven a los productores? ¿Al país? ¿O a proyectos individuales que buscan permanecer por el sólo hecho de estar? ¿Somos oficialistas y opositores, todo a la vez y de acuerdo a lo que convenga? No, no es así... pero ese debate, el del proyecto, lo seguimos en otro mail o personalmente.

Salud y cosechas 
Pedro Peretti



PD: Seamos justos de verdad, en todo y para todos, repito, lo decía mi viejo: ¡SER BUENO ES FÁCIL, SER JUSTO NO!

lunes, 19 de agosto de 2013

DEBATE PERETTI - ROJAS PANELO


 Carta de Marcelo Rojas Panelo

Hola Pedro, estuvimos algunas veces juntos en reuniones y asambleas del campo. Con sorpresa leo lo que hablaste de latifundios, productores según tamaño y democratizar la agricultura.
Siempre pensé que lo que para algunos es pequeño,  como te gusta decir, para otros es grande; entonces: ¿Quién define la línea divisoria? 
Creo que cuando uno habla debe dejar de hacer demagogia y hablar con el ejemplo. Si me comparo con vos, yo soy súper pequeño, entonces te propongo que democratices la tierra y tal vez me toca a mí algo de lo tuyo.
No lo digo por provocación, lo digo porque estoy cansado de la demagogia en nuestro país.
Pensemos en grande y terminemos con las pavadas.

Marcelo Rojas Panelo
Delegado SRA
28 de julio de 2013

Respuesta de Pedro Peretti a Rojas Panelo
Estimado:
                 Una cosa es la cantidad de tierras y otra es la calidad de personas, nada tiene que ver una cosa con la otra, tener mucho o poco no te hace automáticamente buena o mala persona, así que no es necesario que expliques que te llevas bien con gente que tiene muchas vacas, carezco en ese sentido de todo tipo de prejuicio, cuando hablo de latifundio o concentración económica me refiero al rol de carácter retardatario que cumplieron como categoría económica. L de Latorre fue un gran latifundista que hablaba en contra de los latifundios y a favor de la reforma agraria, un patriota que veía los efectos negativos que cumplían las grandes extensiones de tierras en el desarrollo del país; por otro lado, es un debate de siempre y mundial sobre la extensión y acaparamiento de tierras.
Cipayo, no tiene que ver con "lo extranjero" soy piamontés, tiene que ver el término con servir a causas ajenas, al interés nacional, puede ser sinónimo de mercenario, Argentina está llena de mercenarios que hablan y defienden intereses económicos extranjeros en contra los de la patria.
Si tenés 27 hectáreas y estas en la rural estas en el lugar equivocados, en lo gremial, cada lechón en su teta es la forma de mamar, el chico con el chico y el grande con el grande, podes seguir vacunándole o pensar que son buenos, pero estamos hablando de plata, de intereses, de economía, y allí los intereses, son contrapuestos, pues no hay una medida que sea buena p todos, la economía  es como una vacuna o antibiótico, cada tamaño necesita su dosis, si haces una dosis para todos por igual corres el riego que en un ternero sea letal, y en una vaca neutra, por eso es que la organizaciones gremiales se fundaron representando tamaño de productores y no productores en general....
lo del tamaño, hay en cosas que podemos tirar para el mismo lado (125) pero no en otras, somos partidarios de políticas publicas diferenciadas, no se puede en economía tratar iguales a los que son estructuralmente distinto.
Hay para seguir, pero debo irme a Rosario...un placer el intercambio, y no por tener más se es mejor , ni por ser pobre se es bueno... construir un buen tipo, es de todos los días y no reconoce clases sociales, hay que tener corazón y siempre ponerse cinco minutos en la piel del otro...abrazo.

Salud y Cosechas
Pedro Peretti
Director FAA
28 de julio de 2013

Respuesta de Rojas Panelo 
Estimado:
                  Creo que hoy día no se puede decir que una gran extensión de tierra tenga un carácter retardatario; creo que las cosas evolucionan y en la producción agropecuaria evolucionaron mucho. Creo que evolucionó más rápido que muchas mentes. No nos podemos quedar con un discurso de muchos años atrás, y debemos abrirnos a la evolución. No creo en las divisiones.
No creo estar en el lugar equivocado, porque coincido con el pensamiento de la SRA, porque ésta ha evolucionado y evoluciona permanentemente. Nunca me preguntaron si tenía tierras y menos cuantas tenía. En la SRA, creemos que todos estamos en la producción y que no importa el tamaño.
Vos me reconociste que la FAA, cambió o no es la que vos adheriste durante tanto tiempo. Me pregunto ¿será eso, o se dieron cuenta que el que evoluciona es el mundo? Y si no lo hacemos seguiremos en el atraso y las discusiones estériles.
Abrazo
Marcelo
29 de julio de 2013

Repuesta de Pedro Peretti
Estimado:
                   Curioso concepto el suyo de que defender el latifundio significa evolucionar, siempre pensé que eso era volver al feudalismo, que las cosas y la producción evolucionaron no hay duda, pero eso no es lo que estamos discutiendo, sino sobre cómo opera la gran extensión rural en la economía, si es un efecto dinaminante o retardatario, cual es el papel de la concentración en fin, si es mejor al país y su gente una sola gran extensión o cientos de chacras, y la respuesta me parece por demás de obvia.
Que la SRA no le haya preguntado la cantidad de tierra para afiliarse, me parece lógico, lo que no me parece lógico que Uds. con 27 hectáreas haya ido a afiliarse a la Rural, disculpe amigo, pero lo veo un tanto confundido, si solo se trata de campo, ahora, si además le prestamos servicios a los socios de la rural....lo entiendo.
Lo de las divisiones, no lo veo, son intereses distintos, es como querer que NOB vaya a hinchar en el mismo partido junto con los de central porque los dos son de Rosario, como argumento para defender la unidad de la mesa de enlace es demasiado simple, elemental, es insostenible que interese económicos contrapuesto van para el mismo lado un debe ceder en beneficio del otro, acá la que aflojo la cincha fue la FAA, y se paso de carril... allá ellos con su conciencia veremos lo que dice la historia. 
Abrazo, salud y cosechas
Pedro Peretti
30 de julio de 2013

Respuesta de Rojas Panelo

Pedro:
            Tenés dos errores grandes. Desde que entre en la SRA, nunca conseguí un cliente de ahí; si estuviese defendiendo la SRA por esa cuestión,  estaría hablando muy mal de mi ética moral. No dije que defender el latifundio es evolucionar; por el contrario lo que dije que fijarnos en el tamaño para decir, este es retardatario o no,  me parece que es no evolucionar.
CoN respecto a la FAA, no me meto, porque no me gusta opinar de afuera.
Marcelo
30 de julio de 2013

Respuesta de Pedro Peretti
Estimado:
                   Demorado por cuestiones laborales, pero al fin puedo responderle su misiva de hace tres días. 1) Ética y moral desde mi modesto conocimiento no son lo mismo aunque lo parezca 2) no creo tener dos errores porque mal puedo yo calificar su conducta personal sin siquiera conocerlo, solo describí la situación desde lejos y haciendo un análisis de su afiliación a la Rural con solo 27 hectáreas de campo y su condición de veterinario, si se sintió molesto por esa descripción le pido mil disculpas... y le ruego que la olvide. 3) y sí, claro que si, Uds. defendió expresamente el latifundio, relea lo que escribió y se dará cuenta de que lo hizo, a lo mejor sin querer, pero lo hizo. Uds. escribió el 29/7/13 "creo que hoy en día no se puede decir que una gran extensión de tierra tenga un carácter retardatario..." si eso no es defender el latifundio ¿qué es? 4) el tema del tamaño, que tanto lo desvela, tiene que ver con la unidad económica que es un institución, jurídico económico, dejado de lado por las practicas de gestión, en favor, de la concentración de los gobiernos, especialmente provinciales; para su determinación, se debe tomar en cuenta el tipo de suelo, la producción de la zona, y los requerimientos de una  familia tipo, etc., de allí se determina qué cantidad de tierra, es necesaria para vivir una familia, digo, para vivir, no para sobrevivir... en mi zona -Máximo Paz- está fijada en 70 hectáreas, y después esta el criterio político, de cuál es el sujeto agrario,... que se quiere favorecer, si es  el estanciero o el chacarero; que no es lo mismo, no todo el CAMPO ES IGUAL ........ LA CONSTITUCION DE SANTA FE DE 1931, FIJO COMO LATIFUNDIO MAS DE 3000 HECTAREAS EN EL SUR Y 5000 EN EL NORTE, ESE ES UN CRITERIO POLITICO, LEGITIMO, PERO ARBITRARIO, DESDE LO PRODUCTIVO, PERO ABSOLUTAMENTE LEGITIMO. Yo que no soy nadie, más que un modesto chacarero, me inclino por el criterio productivo y legal de la "unidad económica por tres", para que haya desarrollo una generación para arriba y también se debe complementar con la prohibición testamentaria de división de  la unidad económica, tal cual lo planteaba Lisandro.... Lo saludo con el mayor respeto y le vuelvo a pedir disculpas, si por algo se sintió ofendido, no fue mi intención...
Salud y cosechas
Pedro Peretti
2 de agosto de 2013

Respuesta de Rojas Panelo
Pedro:
           Disculpas aceptadas. Es difícil ponernos de acuerdo; pero está bien que uno pueda discutir sin agresiones.
No entiendo que dije de distinto "creo que hoy en día no se puede decir que una gran extensión de tierra tenga un carácter retardatario..." Sigo pensando lo mismo; Se puede tener una gran extensión y trabajar muy bien y dar trabajo y demás; y por otro lado tener una pequeña extensión  y tener carácter retardatario. Por eso dije que no es una cuestión de tamaño si no de mente.
Te agradezco esta conversación. Y a nos veremos en otra oportunidad.
Afectuosamente
Marcelo
2 de agosto de 2013
Debate Peretti - Trucco



Este es el artículo que dispara la polémica. Se publica en el diario Clarín, en el suplemento Rural del día 15 de julio de 2006.

Víctor Trucco. Especial para Clarín Rural

RETENCIONES A LOS GRANOS: LA POLEMICA POR UN POSIBLE INCREMENTO
"El problema es el salario"
En esta nota, uno de los creadores de AAPRESID analiza el problema de la carne y su impacto en todo el sector agropecuario.
El conflicto de la carne ha estimulado algunas recomendaciones preocupantes a las autoridades. Según ciertos pensamientos, que se basan en un trabajo realizado por FLACSO, el conflicto suscitado en torno al precio de la carne es un factor de lucha entre la "oligarquía ganadera" y el gobierno, que defendería el derecho del pueblo a tener carne acorde con su poder adquisitivo. Por eso, algunos proponen "matar dos pájaros de un tiro: tener carne barata para el pueblo y liquidar a la oligarquía ganadera".
Sobre el conflicto de la carne, en primer lugar, creo que hay que señalar que el problema no es el precio, sino por qué Argentina es un país de bajos salarios y por qué la macroeconomía del país está atada al precio de la carne.
Por eso cabe preguntarse cómo llegamos a esta situación. "El pueblo", con los salarios actuales, hay muchas cosas que no puede comprar, y esto no pasó por un capricho de quienes son productores de carne.
Los ganaderos no están recla mando un subsidio, reclaman el derecho a percibir el precio que el mercado determina, como ocurre con los otros bienes de la economía. Porque, ¿qué es lo que mueve a un individuo a producir un bien, sino la expectativa de tener un resultado económico? Este resultado es una ecuación que se apoya en costos de producción e ingresos.
La producción no es una intermediación a la que se le carga un comisión, es un proceso de tiempo que se apoya en certezas del momento y supuestos futuros, entre éstos los precios a los que se venderá el producto. Y quien determina esos precios es sin dudas el mercado. Sé que existen muchos prejuicios al respecto, pero en honor a la verdad, el "precio de mercado" es el que determina la voluntad de producir o no producir.
Más allá de lo opinable, ¿quién está dispuesto a producir un bien, si no tiene expectativa de rentabilidad? Y la expectativa no la da ningún funcionario, sino la competitividad que tenga el producto en el mercado.
De hecho, muchas veces se produce a pérdida porque los precios no evolucionan como uno espera o porque surge algún problema, como pasó con la aftosa, que sacó a la carne y los ganaderos del mercado.
Hay antecedentes de sociedades que prefirieron determinar los precios, los costos, las ganancias y los salarios. Claro que esto es algo que trágicamente terminó en noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlín.
Entonces, es importante destacar que los ganaderos no están contra el pueblo, ni contra el gobierno, sino que reclaman lo que les corresponde. Y la suspensión de las exportaciones va a tener consecuencias futuras negativas, porque la señal es muy clara.
La carne va a tener en el futuro un precio bajo, para que la población con sus bajos salarios la pueda comprar, por lo cual los ganaderos van a dejar de mirar el mercado internacional, donde un kilo de carne vale más que un kilo de tecnología Audi o Mercedes Benz y, entonces, cambiarán su visión y se dedicarán a otra cosa. O desensillarán hasta que aclare.
Visión y esfuerzo
Hace poco más de 30 años empezó una revolución silenciosa, que por supuesto muchos no se dieron cuenta, sobre todo las "personas del mundo urbano", porque no se la cruzaron en las esquinas, ni oyeron de ella en los medios. Aunque intelectuales, economistas, periodistas, deberían haberse dado cuenta, porque en las exportaciones apareció un nuevo producto: "la soja".
Cuando la gente empezó a oír de la soja, no hace mucho tiempo, pensó que era un problema y no una solución. No se habló de su valor nutricional, su demanda mundial, la importancia de su aceite y que es la principal fuente de proteínas vegetales, ni del progreso que estaba produciendo en el interior del país, sino que se le habló de sojización.
No se la asoció a la riqueza que generaba sino a la pobreza, un mal endémico de Argentina y otras versiones falsas.
Esto fue así porque "los mensajeros ideologizados" no entendían cómo podía ocurrir algo que ellos no previeron con sus teorías, que no estaba en sus planes: si alguien se enriquecía, otro se tendría que estar empobreciendo, seguramente el país estaba siendo entregado, seguramente la oligarquía debía estar involucrada.
En la ronda Dillon del GATT, de los años 50, se concedió a Argentina arancel cero para los subproductos de soja.
En ese tiempo Argentina no cultivaba soja y por supuesto sus exportaciones de soja y subproductos, eran cero. El 80% del mercado mundial de soja era de EEUU.
Actualmente EEUU tiene sólo un 40% y Argentina y Brasil prácticamente el 60%, siendo Argentina el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, es decir, productos industrializados en Argentina por empresas nacionales y multinacionales.
Este complejo, hasta hace poco inexistente, aporta algo así como 10 mil millones de dólares al año. Son las divisas, que nos permitieron pasar las crisis y dieron los impuestos que alimentaron a los desocupados, después de la crisis del 2001. Cabe preguntarse, entonces, qué fue lo que ocurrió.
No fue la soja sola. La siembra directa le puso fin a 5000 años de agricultura de labranzas, que si bien fue la que alimentó al mundo todo este tiempo, fue también la responsable de la erosión y la degradación del suelo.
Las tierras ganaderas, con siembra directa, pasaron a ser agrícolas y dejaron de facturar 100 kilos de carne por hectárea — 200 pesos/ha— a facturar 30 qq. de soja/ha, es decir 1.500 pesos/ha, por supuesto teniendo que invertir unos 1.000 pesos/ha.
Atención, porque estos resultados aportan, sólo de retenciones, 360 pesos por hectárea. Pero para esto fue necesaria la biotecnología y también los cambios organizacionales, que hicieron que los chacareros pasemos a constituir redes de servicios y las industrias a fabricar maquinarias sofisticadas.
Estos cambios no fueron resultados de políticas, sino consecuencia de que los productores y los sectores relacionados se dieron cuenta: primero de la soja y después de la siembra directa.
Esta transformación de la agricultura no impide la ganadería, porque la vaca no hace fotosíntesis, pero la están transformando. La ganadería ya no necesita superficie, necesita alimento y la agricultura lo produce.
Basualdo y Areco, de FLACSO, recomiendan aumentar las retenciones a los granos, para que pierda —aun más — rentabilidad la agricultura y de este modo aumente la producción ganadera y los precios de la carne sigan bajos, lo que le daría al gobierno un triunfo político y económico.
Derrotaría así a la "oligarquía ganadera" y lograría mantener bajo el precio de la carne. Lo que afirman en el trabajo, fundado según se dice en análisis del censo agropecuario, es que detrás del aumento extraordinario de la agricultura — que no es otro que el de soja— está la "oligarquía ganadera de la provincia de Buenos Aires" (ver La Oligarquía...).
Contrariamente, lo que decimos algunos es que ese aumento extraordinario de la agricultura es el resultado de la acción de productores innovadores.

Este artículo es la contestación al anterior y se publica en el diario Página/12 en el suplemento Rosario/12 el día 8 de agosto de 2006.

Otra vez el mismo... Trucco

El ex funcionario del reutemenemismo desde 1993/95, y ex presidente de la colateral de Monsanto (AAPRESID), Víctor Trucco, defensor a ultranza de la libertad de mercado y publicista entusiasta del “Darse cuenta”... que sin Estado vivimos mejor, escribió un artículo en el diario Clarín el día 15 de julio del corriente año cuyo título es “El problema es el salario”, que a continuación trataremos de analizar en profundidad.
1) Trucco plantea que el problema del precio de la carne es que los salarios están bajos y a renglón seguido dice que el “pueblo” (las comillas son de él) hay muchas cosas que no puede comprar... la carne sería otra más.
Si alguien interpretó que lo que plantea Trucco es una más justa distribución del ingreso, ¡ERROR!. Lo que está diciendo es que como en la Argentina los salarios no dan para pagar el precio de la carne que fija el mercado internacional, quien no pueda pagar, que coma otra cosa. La verdadera matriz del pensamiento de Trucco no es la redistribución de la riqueza y la defensa del mercado interno, sino generar un consenso que le permita a los grupos concentrados de la ganadería apropiarse del 100% de la renta sin redistribuir nada.
2) Poner a la política como clase social, no es un mero artilugio discursivo sino toda una definición. Siguiendo la lógica de Trucco: sin política se viviría mejor, es decir, sin Estado (siempre y cuando los gobiernos sean nuestros). Así, nos permitirían hacer y deshacer a nuestro antojo. ¡Viva el mercado libre y la desregulación! ¡Eso es lo nuevo!
Ese país, el de los ’90, es el que añora Trucco. Un país en el que cabe solamente el 30% de la población.
La política es lo que debe ordenar, fijar prioridades, regular, reglar. Si sólo dejamos al mercado actuar, es como poner un elefante en un bazar, cuyas consecuencias ya padecimos en la década del ’90 nos costó tener 103 mil productores menos, la enajenación total de nuestro patrimonio público, una deuda externa descomunal y los peores indicadores socioeconómicos de la historia.
3) Trucco afirma que “las sociedades que prefirieron determinar los precios, los costos, las ganancias y los salarios, terminaron en noviembre de 1989 cuando cayó el muro de Berlín”.
¿Pero dónde existe ese país con el que sueña Trucco, donde sólo actúa el mercado?. En el mundo del después de la caída del muro, ¿también dejó de existir el intervensionismo estatal?. ¿Los Estados desarrollados no fijan más reglas, subsidios, paritarias salariales, etc.?. EEUU, la Unión Europea (UE), Japón, China, India, ¿desprecian la regulación de la producción y los mercados?. ¡FALSO! Absolutamente falso. Veamos solamente dos ejemplos:
Según Alieto Guadagni (representante argentino frente al Banco Mundial que de bolchevique nada tiene), sumados EEUU y la UE, la cifra de subsidio a la agricultura ronda los u$s 230.000. Pregunto: esos millones, ¿no inducen a producir con precios que el mercado no da?. Esos subsidios ¿no determinan?: 1) ¿qué producir?; 2) ¿los costos y utilidades?; 3)¿el nivel salarial?.
¿No inciden? Son neutros?, ¿Son inocuos?. La respuesta es más que obvia.

Otro ejemplo: Nebraska es un Estado de EEUU (no hay indicios que hagan pensar que pertenece a la “Cortina de Hierro”) y allí los extranjeros y las corporaciones no pueden comprar tierras. Situación que tiene rango constitucional.
Éstas son sólo dos muestras extraídas al azar, habría cantidades infinitas de ejemplos que desmienten las afirmaciones del Dr. Trucco, pero creemos que le cabe muy bien lo que alguna vez dijo Pasquini Durán: “Como si fuera dogma de fe, estos apologistas del mercado como valor absoluto y único, permanecen atados a la cosmovisión conservadora que tuvo su apogeo en el país durante la década del ’90. Indiferentes a toda evidencia, estos sectarios han dejado de registrar las vertiginosas transformaciones que ocurren casi a diario en el mundo entero”.
4) No menos discutible es el concepto de que “la ganadería ya no necesita superficie, necesita alimento, y la agricultura lo produce”. Desde nuestro punto de vista, no es viable, ni es el mejor negocio, transformar nuestros rodeos semipastoriales en feedlots en su 100%. Es materialmente imposible, además perderíamos el valor agregado que aún conserva nuestra ganadería de carne criada a campo con suplementación. Sólo sería buen negocio para quienes venden el paquete tecnológico agrícola (un verdadero sueño dorado para Monsanto y Cia.).
5) “El poder de la oligarquía no existe, no es tanto ni tan peligroso”, afirma el Dr. Trucco en otra parte de su artículo. El poder en la Argentina nunca lo tuvieron los partidos políticos, sino los grupos concentrados en donde la oligarquía terrateniente formó una parte sustancial de ese entramado político que saqueó y concentró la economía del país durante los ’90.
La concentración en el campo es manifiesta y obscena, y así lo demuestra el censo agropecuario y cuanto estudio serio se realiza en la materia. Eso de que “sólo son productores innovadores y entusiastas” es un gran verso, no tiene ningún tipo de sustento científico. Las blancas palomitas impolutas no existen. Solo son astutos comerciantes que se quieren quedar con el conjunto de la tierra y la renta, tributando lo menos posible y repartiendo nada.
Pensemos dos cosas: que sólo el 1% de los productores es dueño del 43% de la tierra, y que solamente 3.886 productores tienen 15 millones de cabezas de ganado. Si eso no es concentración, oligarquía y poder, ¿qué es?.
Hay ciertos razonamientos de estos defensores de intereses foráneos, que más que errados, son una ofensa al sentido común (¡y después se manifiestan como voceros de la sociedad del conocimiento!). Son divagaciones tan extravagantes que francamente uno piensa que nos creen a todos tontos o que la impunidad del dinero es tan grande que se imaginan que pueden tapar el sol con las manos y hacernos ir a todos a comprar, como decía Jauretche “al almacén con el libro escrito por el almacenero”.

La respuesta al artículo anterior por parte del Sr. Víctor Trucco, llega a Pedro Peretti a su correo electrónico y es la siguiente:

Estimado Pedro Peretti,

Como me han hecho llegar sus reflexiones respecto de un artículo que publique en el diario Clarín, quiero hacerles algunas aclaraciones, dejando por asumido que tanto Ud. como yo, aunque pensemos diferente deseamos lo mejor para nuestra gente y para nuestro país.
Las ideas sirven si nos ayudan a darnos cuenta y a superar problemas; siempre lo que importa es la realidad, si los hechos confirman nuestras hipótesis, es que tenemos razón y si no; es que algo esta mal y tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. Porque lo único cierto es lo ocurrido: la realidad.
Si uno cambia la realidad de los hechos para tener razón, se equivoca y confunde a los demás; y si realmente lo cree y actúa en consecuencia, se funde.
Como la realidad es muy compleja, es importante que registremos los hechos con la mayor objetividad posible, sabiendo que en ellos esta la verdad. Existe una tendencia de ver lo que se quiere ver y no ser objetivos.

Mercados


Usted tiene razón yo creo en los “mercados objetivos”, porque es el que determina el interés que existe por un determinado producto. A veces puede ser que nos guste o no el precio; pero es solo un interés personal y no colectivo. Hasta ahora no existe ningún otro sistema que determine un precio de un producto que asegure una oferta para una demanda determinada. Los precios suben y bajan, de acuerdo a esta relación.
Lógicamente que a veces los precios aparecen crueles para la realidad del poder adquisitivo de un salario.
Por esta razón desde hace muchos años se ha intentado salirse de este esquema de mercado. El caso mas extremo ha sido el sistema comunista, que predicaba: “produzcamos todos juntos de acuerdo a nuestras capacidades y distribuyamos de acuerdo a las necesidades de los individuos”. El fracaso en la práctica fue rotundo, se logro mantener el sistema durante muchos años, merced a la privación de la libertad, la represión y la desaparición física de millones de personas; hasta que termino colapsado el propio estado, por no poder mantenerse. Hoy quedan pocos sistemas como este: Corea del Norte, Cuba y China (este último esta siendo sensación porque ha adoptado un sistema capitalista de mercado).
Estoy de acuerdo con ud. que hoy no existe ningún país, que tenga un mercado totalmente libre, los gobiernos de una u otra manera tratan de intervenir protegiendo sus mercados y aumentando la competitividad de sus empresas para exportar. Pero lo que no estoy seguro es que esa sea la fortaleza de su economía, sino su debilidad. Porque esas protecciones siempre terminan protegiendo a determinados grupos económicos, a costa de los consumidores que deben renunciar a menores precios o a mejores productos.
Lo que si en ningún caso se ponen impuestos o se prohíben las exportaciones, como es el caso argentino.

Los salarios

Los salarios son bajos porque la economía argentina esta poco desarrollada y es poco competitiva, excepto en el sector agroindustrial. Si nuestra economía generara confianza, crecería la inversión y crecerían los salarios; para esto tenemos que tener una economía integrada al mundo y receptiva a los progresos y la ciencia, de modo que aumente la productividad del trabajo. Creo que los salarios solo aumenta con aumento de productibidad e innovación. Por eso no sorprende que la economía agricola sojera, con siembra directa y biotecnología, paga mejores salarios.
Cuando me refiero a los salarios bajos, mi intención es llamar la atención, sobre que es un problema de la economia que va mas alla de que la gente no pueda comprar carne; no puede comprar remedios, no puede tener una casa, etc. etc. y este problema no se resuelve cerrando la exportación de carne.

Distribución del Ingreso

Otro punto al que ud. hace referencia, es a que yo “no quiero distribuir nada”; estoy contra la distribución del ingreso. Yo creo que en este tema hay una importante confusión, creo que hay un imaginario colectivo, alimentado por discursos que nadie se ocupo de refutar; que supone que somos “una tribu” que producimos para la tribu, que el esfuerzo que hacemos para progresar es por deporte. Esta idea supone que la carne es argentina, la soja es argentina, los vinos son argentinos, etc. etc.; y que por lo tanto las riquezas debemos distribuirlas los mas igualitariamente posibles, independientemente del esfuerzo, la inversión y la creatividad de los individuos por mencionar algunos atributos; por otra parte todos derechos consagrados en nuestra Constitución Nacional: la propiedad privada y el estado de derecho.
Yo creo que somos dueños de nuestros bienes y responsables de nuestros actos, por los cuales cuando nos va mal, lo tenemos que asumir y empezar de nuevo – lo puedo decir porque lo he vivido – sin vergüenza y haciéndonos cargo de nuestros errores; no es el fin del mundo si aprendemos de la experiencia.
Cuando nos va bien, con nuestros impuestos contribuir a mejorar el ingreso de otros, fundamentalmente los que menos tienen, a traves de correctas politicas de estado. Como creo que debemos pagar los impuestos - y no lo digo como moralista, consiente que no es lo mas común, pero que debemos aspirar a un sistema simple de recaudación y no confiscatorio para facilitar su cumplimiento – cuanto mas produzcamos, cuando mas ganemos, cuando mayor riqueza se genere, mayores impuestos se van a pagar y es el estado, el que con estos recursos, cumple sus funciones, sus responsabilidades y con su gasto beneficia a los que menos tienen, de acuerdo a las prioridades que establece. Sin duda personalmente aporto con mis impuestos mucho más que los beneficios que recibo. Otros en cambio, seguramente reciben más de lo que aportan y no me parece mal.
Por otra parte pienso que en una sociedad que progresa, desarrollada, la creación de riqueza, incrementa el empleo, mejora las remuneraciones y como “resultado de este proceso”: presenta una distribución del ingreso, con menores diferencias entre los de mayores y menores ingresos.
Pero hay que entender que la “distribución del ingreso” termina siendo un resultado, de las relaciones económicas en una circunstancia determinada. Una mejor distribución del ingreso no se logra por confiscación de la renta del sector más productivo, sino como un resultado lógico de una economía competitiva, que estimula la inversión y la creación de empleo.
No creo en la redistribución del ingreso, como se lo suele querer aparecer: una resistencia de los ricos, resultado de su egoísmo, a darle un poco a los pobres. Creo en el derecho a ser dueño del esfuerzo, la creatividad y la inversión propia y de la dignidad de las personas de vivir de su propio esfuerzo, creatividad e inversión.
El egoísmo, como la generosidad son atribuciones personales, que la tienen los ricos y los pobres. Yo creo en una sociedad solidaria, pero solidaria en la cual uno se desprende de lo propio, para ayudar a otros que lo necesitan; no de una solidaridad colectiva, donde unos confiscan bienes o rentas, en nombre del “bien común”, que distribuyen como propios en actos públicos y con fines proselitistas o para favorecer a los sectores económicos que le parece. La acción solidaria del Estado no debería tener dueños, si debe tener responsables, cuando ocurre todo lo contrario.

Los 90

Mi versión de los 90, es que se dieron muchos pasos positivos en relación a la apertura económica, la desregulación de la economía y las privatizaciones, etc. Todas políticas hoy consideradas “políticamente incorrectas”; pero para hacer solo algunas referencias y no escribir un libro: la apertura nos permitió conocer lo que pasaba en otras partes del mundo, esto constituyo un desafío a la creatividad y un flujo de inversiones que se reflejan en la producción de vinos, quesos, soja, autopartes, etc.; las inversiones en comunicaciones, tendido de fibra óptica, Internet; telefonía, energía y apareció el gas que se esta acabando, etc. etc. Se efectuaron inversiones en las ex empresas del estado, que no se hacían desde hacía muchísimos años. La construcción de puertos privados es otro hecho positivo; anteriormente los camiones se descargaban directamente en los barcos y estos permanecían diez días en el puerto con los consiguientes costos.
¿Que fue lo malo de los noventa?, sin duda la corrupción y que muchas de la privatizaciones fueron para los amigos; el no o mal funcionamiento de los entes reguladores; el tipo de cambio se fue atrasando y no hubo reacciones y sobre manera el “endeudamiento irresponsable”, que nos llevo finalmente al default y que no tubo que ver con la necesidad del país, sino en razones de clientelismo político y necesidades electorales.
Pero no podemos confundir para simplificar, yo no deseo que desaparezca el Estado, yo quiero un estado moderno y eficiente; porque la falta de eficiencia es la que genera un despilfarro de recursos, que podrían ser utilizados para cubrir importantes necesidades. Tampoco creo en un Estado sin empleados públicos, los cuales son también victimas, porque con los años las frustraciones, terminan venciéndolos y haciéndoles perder sus capacidades.
A esta altura no se confunda yo no tengo propuestas para todo, ni simplifico la política, ni quiero ser político, ni siquiera representante gremial de los productores; solo tengo ideas y fundamentos que expreso y discuto con libertad, porque prefiero aprender a tener razón. Pienso, que si soy capaz de mantener la apertura mental que me permita aprender, cada vez tendré más razón.

La ganadería no necesita superficie.

Que la ganadería no necesita superficie no es un tema opinable, es un hecho científico se puede criar a una vaca en el patio, siempre y cuando uno la provea de alimentos y agua. De hecho en los países de clima frío, se las cría de esa manera, en establos.
La ganadería argentina se desarrolló en forma pastoril por la abundancia de tierras y por la evolución de las tecnologías. También desde mí punto de vista tuvo que ver la inestabilidad Argentina de los últimos 70 años; una inestabilidad que podemos ilustrar con el hecho de que hoy tenemos que agregar 13 ceros al peso del año treinta. Fenómeno de inflación, irresponsabilidad de los gobiernos, que se comió los ahorros, los salarios y las jubilaciones.
Entonces, la vaca pastando constituía un bien conservaba valor, era mejor negocio que tener ahorros en los bancos y esto estimulo la ganadería, sobre todo la invernada en campos agrícolas. Cuando llego la estabilidad este negocio desapareció.
De hecho en las tierras agrícolas no hay vacas, en ninguna parte del mundo; la tierra siempre se dedica a lo más productivo y la agricultura es más productiva que la ganadería en el uso del suelo y la producción de alimentos: proteínas, hidratos de carbonos y grasas. Hay que tener en cuenta que la vaca no hace fotosíntesis.
Por otra parte es falso que la carne de feetlot tenga menor valor que la hacienda terminada a campo, de hecho el valor del mercado indica que se paga mas la carne de feetlot y la razón es sencilla, es carne mas joven y mas tierna y la gente la prefiere. Es cuestión de revisar los precios.

Concentración de campos:

Hay campos que han cambiado de dueño y hay muchos campos que por cuestión sucesoria se han dividido; por lo tanto no me consta que exista un concentración en la propiedad de la tierra, este es un dato que solo lo puede ofrecer el registro de la propiedad.
Personalmente creo que se confunde el hecho de que ha crecido la superficie de explotación de la tierra, por el sistema de arrendamiento, con el tema de la propiedad de la misma.
Creo que esta confusión esta promovida en una cuestión ideológica, que piensa que el crecimiento de la economía – en este caso agrícola – indefectiblemente tiene una contraparte damnificada, la victima, en este caso “pequeños productores” que pierden sus tierras.
La producción agropecuaria ha cambiado en forma considerable, por una parte siguiendo tendencias mundiales y en parte, avanzando sobre las propias tendencias, en lo que yo llamo: innovación organizacional, por la cual la propiedad de la tierra, no es condición para ser productor.
Por otra parte es este el sector que ha impulsado la transformación de la agricultura argentina y que ha beneficiado a todos los productores grandes y chicos; como se puede comprobar a lo largo y a lo ancho del país. Una demostración la constituyen las concurrencias a días de campos y congresos que se organizan permanentemente en el país y que ninguna entidad gremial es capaz de reunir, ni remotamente, ni menos lograr que los concurrentes paguen por participar.
Mas allá de lo que se dice, de acuerdo al estudio de los censos agropecuarios – que tienen muchos déficit, pero es lo que tenemos – el número de empresas agropecuarias en el año 2002 – después del boom sojero – era de 333.353; superior en 0.3% a la cifra que se preveía por proyección de la tendencia manifestada entre los años 70 y 80; la cifra calculada sería: 330394 EAPs. Conclusión: el fenómeno sojero, máximo representante de la nueva agricultura argentina, no insidió sobre el número de empresas agropecuarias, no aumento, ni disminuyo el número de empresas, mas allá de lo que la tendencia marcaba. Fenómeno que ocurre en todas partes del mundo.
Sin embargo es muy probable que de efectuarse un censo que revelara el impacto de la nueva economía agropecuaria, en relación a los servicios que demanda de otras empresas que la asisten, provean o demandan sus productos, los resultados serían asombrosos. Un estudio que se aproxima a esto, es el que ha hecho la Fundación Producir Conservando, que analiza una matriz de empleo, teniendo en cuenta estas relaciones y nos muestra que alcanza el 37% del empleo país.
En cuanto a los datos que Ud. refiere de: que solo el 1% de los productores es dueño del 43% de la tierra, y que solamente 3.886 productores tienen 15 millones de cabezas de ganado, quisiera saber cual es la fuente de sus datos.
De todas maneras uno no tiene más que recorrer el interior del país y comprobar que los sectores beneficiados por la economía agrícola actual, no son unos pocos, sino que es un fenómeno generalizado.
Lo que ha ocasionado estrago en los 90, ha sido el sistema financiero y el error de endeudarse, algo que personalmente me ha ocurrido y no me lo tienen que contar. Pero esto ha sido un error personal, que tenemos que asumir; otros productores, se dieron cuenta, fueron prudentes y pudieron dar un salto importante en su economía, lo que demuestra que era posible aprovechar la oportunidad.

Finalmente creo que en su razonamiento, esta presente una lógica, en la que se soslaya, con el argumento del “bien común”, la realidad del individuo: su libertad de invertir o no y el derecho de preservar sus bienes; la libertad de hacer, que significa iniciativa y voluntad de progreso; que en definitiva son las mismas razones que trajeron a nuestros abuelos de Italia y que llevaron a nuestros padres a deslomarse, para hacernos estudiar y ofrecernos las mejores oportunidades.
Cuando esa realidad se soslaya, desaparece el estimulo y se despierta la desconfianza y los individuos se protegen, dejan de invertir e invierten en el exterior o en propiedades, mientras estas no se vean amenazadas. Menos inversión, menos trabajo, menor bienestar, más pobreza, más exclusión, mayor violencia, más intranquilidad. Algo que seguramente ni usted ni yo deseamos.

Saludos
Víctor Trucco

Contestación de Pedro Peretti a este último e-mail escrito por Víctor Trucco...

Respuesta de la respuesta del Dr. Víctor Trucco

Respecto de sus disquisiciones filosóficas sobre la realidad, coincido con usted en cuanto a que uno puede hacer con ella muchas cosas, excepto una: ignorarla. Pero esto no significa aceptarla pasiva y resignadamente como un designio divino, sin intentar transformarla. El nazismo fue una realidad, si la humanidad se hubiera cruzado de brazos, hoy sólo existiría la raza aria. La pobreza y la indigencia son una cruel realidad y eso no indica que no luchemos para cambiarla.
El arado fue durante miles de años una realidad que se pensaba insustituible en cuanto a método de labranza se refiere. Si lo hubiésemos tomado como inmutable, hoy no existiría la siembra directa que es tan benéfica y que usted tan bien hace en difundir. El mundo y la realidad que lo configura son dinámicos y cambiantes, no por mera definición filosófica, sino como consecuencia de la acción directa del hombre. Esto es objetivo y admite desde hace siglos pocas discusiones: “No te bañarás dos veces en el mismo río” decía Heráclito.

Mercados

Aquí debo confesar mi ignorancia. Conozco el mercado libre o regulado, pero el “objetivo” no. No es cierto que el mercado solamente fije o determine un precio. No confundir valor con precio, y de hecho por acción u omisión, directa o indirectamente, siempre el Estado y los grupos que lo controlan (factores o agentes de poder) inciden en la fijación de precios vía tarifas, subsidios, planes o compras gubernamentales, legislación laboral, etc. Las formas de intervención son infinitas y complejas, pero son tan palpables y explícitas que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el mercado libre no existe.
En cuanto al sistema comunista que usted cita, fracasó tanto como el libre mercado que usted propicia. Basta recorrer Rusia hoy para ver las secuelas del hambre, indigencia y prostitución, o recorrer el Gran Buenos Aires para palpar la miseria, exclusión y contraste social que generó el neoliberalismo de los ’90.
En cuanto a que logró mantenerse el comunismo merced a la privación de la libertad, la represión y desaparición física de millones de personas, es cierto, pero no hace falta ir a la vieja URSS, ¿acaso nuestra dictadura neoliberal no privó de la libertad, reprimió y propició la desaparición física de miles de compatriotas? Y todo hecho bajo el slogan de que “Achicar el Estado era agrandar la Nación”. ¿Se acuerda de esas obleas? Hay que mirar la realidad, como ud. dice, la única verdad... o lo decía el Gral.... pero con los dos ojos.
Con respecto a que la debilidad de las economías desarrolladas es la protección, como ud. dice, desde mi punto de vista y del de la inmensa mayoría de los analistas económicos, sucede justamente lo contrario. Buena parte de su éxito económico es por causa de la fuerte presencia del Estado, no sólo como regulador sino como inversor directo en determinadas ramas que esos países planificaron como esencial para su desarrollo. La presencia del Estado en la economía explica buena parte del milagro chino, indio, surcoreano, etc., (ni que hablar de Europa o los EEUU). Proteccionismo, más inversión estatal, vía subsidio, inversión directa, tarifas, etc., son instrumentos de política económica innegociables para cualquier país que se precie de serio.
En cuanto a que siempre hay ganadores o perdedores dentro de estas políticas, o como ud. dice (protegiendo a grupos o perjudicando a consumidores), es cierto, nunca el control del aparato del Estado es neutro, eso siempre expresa una relación de fuerza dentro de la sociedad, o gobiernan los grupos minoritarios a su servicio o las mayorías nacionales al suyo, siempre alguien debe ceder. Pues no es mágico, y el paradigma ganar-ganar sin que nadie pierda es una elucubración teórica sin ningún tipo de sustento científico.

Salarios

No se puede analizar el tema salarios en nuestro país sin partir de la dictadura militar del 76’ que impuso un nuevo modelo de Estado, sustituyendo el viejo Estado Interventor e Industrialista por uno de corte Neoliberal que obviamente se consolida y profundiza durante los nefastos 90’. En el año 1974 el desempleo oscilaba entre un 3% o 4%, con una participación del sector asalariado del orden del 45% del PBI, para pasar a tener en 1984 el 26 %. Actualmente se calcula que el salario representa alrededor del 20 %.
Esto se consiguió con el asalto al poder por parte de los grupos más liberales y concentrados de la economía, y el mismo día que llegaron a “La Rosada” de la mano de Videla y Compañía, derogaron la ley de Asociaciones Profesionales, eliminaron al Consejo del Salario, las paritarias, intervinieron sindicatos y prohibieron la acción gremial y política. Mientras Martinez de Hoz se ocupaba de estos menesteres, la represión militar mataba, encarcelaba y hacía desaparecer a miles de militantes gremiales, delegados de fábricas y sindicalistas que no transaban, en el preludio de la mayor transferencia de recursos naturales e ingresos que se terminaría de consumar en los 90’.
No creo para nada en la teoría del derrame, es otro mito desacreditado por la realidad en la que usted tanto se referencia. Para que el salario aumente, debe haber una “política al respecto”. Sin eso como requisito, solo son expresiones de deseo. Veamos los números que nos muestra el economista Claudio Lozano y otros intelectuales en su trabajo titulado “Reflexiones y Propuestas frente a la convocatoria del Consejo del Salario”, en el período 2004/2005 la productividad se expandió un 12,4 % y el salario lo hizo en un 0.4 % y los costos laborales se redujeron en un 35 %. Y si no, tomemos otro ejemplo de la industria textil. “Según denuncia del dirigente textil Gustavo Vera (Página/12 - 05/04/2006): “una campera termosellada de Montagne que en Bariloche se vende a $ 300, se hace en talleres tercerizados con mano de obra esclava, y al costurero le pagan $ 1,5 por prenda.”
Como vemos, sin política global de redistribución del ingreso, donde el salario es un instrumento insoslayable y el Estado y su política otro, por más inversión y productividad que haya todo queda en pocos bolsillos rapaces, y allí, con alegorías a la solidaridad, no creo que se los pueda convencer de las bondades de distribuir pagando mejores salarios.
Pero tampoco es cierto que la economía sojera primaria pague mejores salarios. A pesar de su altísima productividad, he consultado con funcionarios del Ministerio de Trabajo, del RENATRE y las informaciones son coincidentes:
1- El salario del peón rural es el más bajo del universo laboral argentino ($ 750), por debajo del salario mínimo fijado por el gobierno que en este mes de Septiembre que es de $ 780.
2- Altísimo porcentaje de trabajo en negro, aún en el “mágico“ mundo sojero de la Pampa Húmeda.
3- Además muchos son empleos estacionales que cuando se los prorratea por los meses del año no cubren la canasta familiar (maquinista, tractorista, etc., los que reciben porcentaje).
4- Muy poca seguridad laboral (manejo de agroquímicos, pesticidas, etc.). Según datos proporcionados por la Superintendencia de Riesgo del Trabajo, tenemos en el sector el máximo de siniestralidad, por encima de la industria de la construcción.
Por ultimo la siembra directa (esto no es un reproche solo un comentario) es expulsora neta de mano de obra: 4 de cada 5 puestos de trabajo se destruyen por diferencia de tiempo operativo hombre-hectáreas, entre el sistema tradicional y la siembra directa... Y paga los peores salarios.

Distribución del Ingreso
Coincido con que no somos una “tribu” y la diferencia entre ella y una Nación, es la existencia de un Estado regido por su Constitución. Nuestra Carta Magna, si bien no lo dice expresamente, pone límites al derecho de la propiedad privada, el cual no es “terminante” como usted sugiere y está sujeto a las leyes que reglamentan su ejercicio (Art. 14 de la Constitución Nacional). Además, la filosofía del Derecho de Propiedad se ha modificado a partir de la Reforma del Código Civil en sus Arts. 2.513 y 2.514, que limitan el ejercicio irrestricto de la propiedad.
Hoy por hoy, el ejercicio de derecho, dejó de ser absoluto. Existen límites y restricciones al dominio que se imponen en pos de garantizar un interés social superior. Tal es el caso del Art. 41 de la Constitución Nacional, que consagra el principio de desarrollo sostenible y sustentable que le recomiendo lea atentamente.
La desigualdad y la mala distribución del ingreso son producto de políticas económicas que conducen a que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres. En al acumulación de fortuna no sólo incide, como usted dice: “el esfuerzo individual del talento y la creatividad”. Gran parte del mérito que se les atribuye a estos “emprendedores creativos” va de la mano de las políticas públicas que hacen que un negocio sea más rentable o no, de acuerdo al poder de lobby o al volumen de negociación que se tenga. Yo sembraba soja antes del 2001 casi como ahora, pero una decisión de políticas económicas como fue la devaluación, hizo que lo que antes no era rentable ahora lo sea.
Es vital para cualquier sociedad del mundo achicar la brecha de desigualdad, como lo hacen todos los países cuyos parámetros de calidad de vida e índice de desarrollo humano, los ponen a la vanguardia de la humanidad en lo que a políticas sociales hace. En Noruega, por ejemplo, la participación en la distribución entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 1.5 a 1, mientras que aquí la diferencia es de 36 veces. Una palanca fundamental (no la única) en la distribución del ingreso, es promover una reforma tributaria que ponga su acento en que el que más tenga pague más y en impuestos directos a la renta, no los indirectos al consumo o el distorsivo impuesto al cheque. Por ejemplo, es inadmisible que no exista un gravamen extra al impuesto inmobiliario rural aplicable a las grandes propiedades rurales, como alguna vez lo puso en práctica el gobierno de Rodolfo Moreno en la Provincia de Buenos Aires en la década del 40 o Luciano Molinas, inspirado por Lisandro de La Torre, en la Constitución de Santa Fe del año 1930 instaurando así el impuesto al latifundio.
Las políticas de redistribución del ingreso deben ser públicas y universales porque para que haya ricos muy ricos debe haber pobres muy pobres, y esto no es ni mágico, ni casual, es pura política de Estado.
Para que esta brecha se haya ampliado como se amplió, fue fundamental la desaparición del Estado. Su desmantelamiento normativo dejó librados a su suerte a amplísimos sectores de nuestra sociedad que sucumbieron ante las políticas de “libertad de mercado”.
No es un problema de responsabilidad individual, la lógica de reproducción del capital hace que su expansión sea continua si no existen políticas públicas que lo limiten. La acumulación es una cuestión colectiva que debe ser normada, no todos somos buenos y solidarios y le reitero que la lógica del capital es su reproducción más allá de la voluntad individual. Pensar en la autorregulación del capital y en la solidaridad, es tan ingenuo como pensar que no debería existir la ley, pues también los seres humanos deberían saber de ante mano lo que está bien y lo que está mal.

Los 90

Usted sostiene, con una entereza intelectual digna de mejor causa, que en los ‘90 se dieron muchos pasos positivos. Me gustaría citar aquí a un viejo maestro socialista, el Doctor Juan B. Justo, que decía que “el método se mide por el resultado”, y el resultado aquí fue desastroso: hambre, pobreza, miles de productores fundidos, jubilaciones míseras, exclusión social, etc, etc,etc... Es tan largo y obvio el “etc.” que no merece más comentario.
Pero sí merece algún comentario eso de “poner en el haber de las desregulaciones” las inversiones en telecomunicación, fibra óptica, etc. Todo es una gran mentira. Basta recordar los escandalosos contratos con las telefónicas ejecutados por la no menos célebre Maria Julia Alzogaray, que les otorgaba tarifas irrisoriamente altas y monopólicas. La verdadera inversión la hacían (y hacen) los consumidores. Estas grandes empresas (que hay que recordar que algunas son estatales y que en sus países de origen funcionan como debe funcionar una empresa de esas características), fueron financiadas por bancos que captaban nuestro ahorro interno, o pagando con papeles de deuda pública externa que tomábamos al 100 % del valor cuando valían un 20 % en el mercado.
Usted dice que “lo malo de los 90 fue la corrupción” y la trata como un efecto no deseado, colateral o menor. La corrupción en los 90 fue un instrumento de política económica. Sin ella no se hubieran podido desmantelar las empresas del Estado (YPF, Gas del Estado, etc..) que no fueron para amigos (ni los Vico, ni los Hernández, por citar a algunos amigos de Menem se quedaron con las empresas, ésos, solo con vueltos) fue para la burguesía parasitaria argentina, proveedora del Estado asociado al capital con menos códigos y ética que circulaba por el mundo.
Recordemos los sin números de escándalos, IBM-Banco Nación, la privatización de YPF con Anzoreguey y Menem, el Rey y Repsol, el diputrucho de Gas de Estado, por sólo citar alguna. Cada privatización tiene su escándalo y su historia. Todo fue entrega, saqueo, impunidad, sin excepción. Fue la corrupción lo que abrió las puertas y bajó las defensas para enajenar semejante patrimonio, sin control ni razón.
En ese período los entes reguladores y su integración con elementos venales que estaban de los dos lados del mostrador (junto con una justicia adicta a las empresas), fueron otro elemento central en la política privatizadora, y no un cablecito suelto de importancia menor.
En cuanto al tipo de cambio, le recuerdo que desde el mismo inicio de la convertibilidad, los más serios y ecuánimes economistas de aquel momento hablaban de un atraso de cerca del 40 % del tipo de cambio y no es que se fue desfasando con el transcurrir del tiempo. Además, la convertibilidad, operó como la más brutal de las retenciones para el sector agropecuario.
La ganadería necesita superficie.

Aquí le agradezco la ilustración en cuanto a que las vacas no hacen fotosíntesis, pero sí la hacen los bosques, montes y pastizales naturales que (con el consentimiento de gobiernos provinciales) son depredados por “productores innovadores e inquietos” para sembrar soja y arrinconar aún más a la ganadería y devastar el medio ambiente.
Tener una “vaca en el patio” es una cosa, tener 24.000.000 de vacas madre a corral es un disparate. Si a eso le sumamos 30.000.000 más de cabezas en recría y engorde, es un absurdo. Solo deberíamos cosechar para alimentar al ganado. La ganadería necesita superficie, eso es un hecho incontrastable, aunque se la suplemente o termine a corral.
Es cierto que en el mercado interno (denostado por los defensores del libre mercado) vale más el novillo terminado a feedlot, pero el novillo que se usa para el corte Hilton se hace a campo y vale 12.000 u$d la tonelada.
Lo que corrió a la ganadería no fue la inestabilidad de los últimos 70 años, sino el modelo de desarrollo basado en el monocultivo sojero, en donde el que regula es el mercado y el Estado es un espectador impasible que mira cómo se siembra un cultivo sin ningún plan ni programa, solo dejado al libre albedrío de cada uno.
La carne, en nuestro país (como el arroz en Japón o en China o el maíz en México) aparte de un tema económico productivo, es un factor cultural que hace a la soberanía y seguridad alimentaría de la Nación. Y este es un elemento que usted no toma ni siquiera lateralmente en su análisis y que para cualquier política con sentido nacional y popular son el núcleo central de sus preocupaciones cotidianas.
Las vacas no fueron reserva de valor, llevó muchos años en la ganadería, y recuerdo cuando mi familia vendió (año 1975) nuestro Remate Feria. Una vaca valía menos que un par de zapatos. La reserva de valor siempre fue la tierra, siempre se tomó a la vaca como una forma de tener “huevos en varias canastas”, poder echar manos a esos recursos ante una emergencia en cualquier época del año y tener una rotación natural que hasta el día de hoy sigue siendo el mejor de todos los esquemas productivos, ya sea desde lo económico, lo productivo, lo financiero o desde donde se lo mire. La chacra mixta sale airosa de cualquier comparación, es la ideal y más completa forma de explotación para ser la base de cualquier política agraria en nuestro país.

Concentración de Campos.

Usted debe ser una de las pocas personas en nuestro país a la cual no le consta la concentración de tierras. Le recomiendo aquí 2 cosas: A-Leer atentamente el documento de la Iglesia, recientemente publicado al respecto; B-Leer el informe del Congreso Nacional y Latinoamericano sobre uso y tenencia de la tierra que organizo FAA titulado “La tierra, para que, para quienes, para cuantos”. Pero permítame aportarle un dato anexo de estimaciones privadas que posee la FAA y son de insospechada seriedad: 2.000 firmas controlan mas de 20.000.000 de hectáreas, allí aparecen algunos nombres (argentinos, no incluye extranjeros) interesantes que dan un mentis rotundo a aquello de que la oligarquía no existe:
-Bunge : 260 mil hectáreas.
-Fortabat 220 mil hectáreas.
-Bemberg 143 mil hectáreas.
-Wetein 98 mil hectáreas
-Gomez Alzaga 66 mil hectáreas.
-Blaquier 45 mil hectáreas.

Venimos perdiendo desde 1960 para acá, 100.000 productores por década. Y con respecto a la propiedad de la tierra creció la media de 250 hectáreas a 535 hectáreas. Solo 6.900 familias o empresas son dueñas del 49,7 % de la tierra y ya más de 18 millones de hectáreas están en manos extranjeras (Benetton, Stallone, Tomkins, etc).
Me parece redundante seguir agregando números y datos a una realidad que es contundente. Pero me gustaría aclarar algo: no confundamos el número de empresas agropecuarias con la concentración de la propiedad de la tierra.
La tierra, como vimos, se concentra cada día más y nuevas empresas como los pooles de siembra aparecen como los nuevos sujetos de la actividad agraria. Éstos concentran rentas, y expulsan al chacarero tradicional en beneficio de estos grupos económicos de origen financiero y dudoso, con funcionamiento poco claro y que son de nulo beneficio para el país. También la aparición de nuevas firmas en el escenario agrícola, ya sea bajo forma de fideicomiso, sociedades anónimas, sociedad de responsabilidad limitada, monotributistas, etc., tiene más que ver con la elusión o evasión impositiva que con parámetros productivos.

Conclusiones

Los datos que usted me pide conocer, las fuentes son: el de la tierra, ver datos censales extraídos del ya mencionado libro del Congreso sobre Uso y Tenencia de la tierra que realizó FAA; el de ganadería es un cuadro estadístico provisto por la SAGPyA.
En su artículo anterior usted hace referencia al poder de convocatoria de las distintas entidades y pone como ejemplo la suya, AAPRESID. Le informo que la FAA este año, el 17 y 18 de agosto, organizó un encuentro de Agricultura Familiar y reunió casi 2000 productores y seguramente el 28 y 29 de setiembre próximo, en el 94º Congreso Anual de FAA, más de 1000 delegados de todo el país se reunirán, en lo que es un ejemplo difícil de encontrar en organizaciones gremiales agrarias, para discutir la acción gremial transcurrida y a transcurrir, y elegir democráticamente a sus autoridades. Estas son dos de las innumerables actividades y movilizaciones realizadas, podríamos nombrar también las movilizaciones por la refinanciación de pasivos del Banco Nación Argentina, o los cortes de ruta por el precio de la manzana en el sur, o los actos por una ley contra la extranjerización de tierras o el proyecto de arrendamientos rurales. Como ve, movilización y gente aquí, en la vieja y querida FAA, no falta.
Pero permítame agregarle algo: desde mi punto de vista, hoy en el escenario rural argentino, existen dos tipos de organizaciones distintas. Por un lado están las 4 entidades tradicionales, que a su vez se dividen por el tamaño (no de la organización, sino por los socios que la integran) y las de nuevo cuño (AAPRESID, Maizar, Acsoja, entre otras) que defienden productos o tipos específicos de labranza.
Los productores la utilizan como un instrumento más en la explotación agropecuaria. Se usan cuando se necesitan. Así como un día precisan un martillo, otro una tenaza, otro día (cuando los nº no cierran) precisan de la FAA o Coninagro para defender su bolsillo, y cuando son tiempos de calma económica o de cierta paz social agraria “nos dedicamos a aprender y vamos a los encuentros técnicos convocados por las organizaciones específicas”.
Es una falsa antinomia plantear organizaciones gremiales Vs. Organizaciones de eventos técnicos o de cadenas. Son complementarias las más de las veces y se utilizan de acuerdo al tiempo económico, técnico o productivo que viva el país y el productor.
Las diferencias de fondo entre usted y yo, no tienen que ver con buenas intenciones que, desde ya, descuento que las posee. El quid de la cuestión pasa por quién es el sujeto agrario central de nuestra acción. Las entidades que defienden el producto o la cadena (Acsoja, Maizar, etc.), o las que promueven tipos de labranzas específicas (AAPRESID), sólo se preocupan por la producción y sus volúmenes. Les es indiferente si a la Pampa Húmeda la trabajan 300.000 productores o 3.000 grandes empresas. Si son argentinas o son extranjeras poco importa. Sólo se ve el producto, su rentabilidad y su volumen, nunca el productor.
En cambio, a Federación Agraria Argentina también le interesa la producción, pero puesta en función del productor, y éste como centro de toda atención.
Otra diferencia importante que tenemos, es la visión con respecto a la ampliación de la frontera agropecuaria. Para ustedes es un éxito, para nosotros un retroceso. Es por esto que la única entidad que se pronunció públicamente condenando la tala indiscriminada de bosque y la expulsión de campesinos fue la FAA. Para nosotros no son “productores inquietos e innovadores”, son depredadores ambientales... sin alma.
El debate agrario debe ser el de toda la sociedad y centrarse en quién queremos que sea el protagonista central de la política agropecuaria: o el productor tradicional, pequeño y mediano; o la gran empresa rural. Qué modelo vamos a elegir: el de la concentración en manos de pocas empresas; o el de los chacareros pequeños y medianos con distribución de riqueza y renta. Somos partidarios de una política agraria que armonice producción, población y medio ambiente con equidad y distribución.
Pedro Peretti
Secretario Adjunto de Coprofam
Encargado de Relaciones Internacionales de FAA
Respuesta de Víctor Trucco del 2 de octubre de 2006


Nueva Respuesta de Trucco 

Mi referencia a la realidad, no tiene que ver con el hecho de aceptarla pasivamente; de hecho creo que usted y yo deseamos cambiarla. Mi referencia tiene que ver con lo siguiente: uno puede pensar que la producción de soja genera pobreza, porque hay productores que se enriquecen y entonces "tiene que existir" una contraparte que se empobrece y para demostrarlo, va a un lugar donde se produce soja y busca una familia pobre, le hace un reportaje inducido y lo publica, con un título sensacionalista: "Record de soja, record de hambre"; lo que induce a creer que la soja trae hambre.
La realidad no muestra que la soja haya traído pobreza, sino todo lo contrario; lo que tampoco quiere decir que haya terminado con la pobreza y otras desgracias que nos acompañan.

Otro caso: para demostrar que la soja es mala, Monsanto es un demonio, el glifosato es una desgracia, etc.; se pretende hacer creer que el glifosato produce cáncer y no es así; por que no es una “sustancia mutagénica”. Lo que no quiere decir que en áreas agrícolas no se registren casos de cáncer; aunque esto no este relacionado con la producción de soja y el uso de glifosato, como se pretende hacer creer. Para hacer tal afirmación, se necesitarían historias clínicas, estudios de caso, que demuestren “relación causal” y que expliquen una relación entre el contacto con en producto y su accionar en el organismo; y un mecanismo fisiopatologico que lo explique.
Lo que se pretende hacer creer es falso, y de hecho antes de que el glifosato fuese puesto en circulación, fueron necesarios estudios en relación a sus efectos toxicológicos y estos están documentados.
En relación, a lo que se afirma y no es así, es la creencia de que se esta produciendo una disminución de las empresas agropecuarias relacionadas, con las nuevas tecnologías: siembra directa, soja y biotecnología. Al respecto la cantidad de empresas agropecuarias en los últimos años no ha disminuido, mas allá de la tendencia que se venia manifestado entre los años 70 y 86; según un trabajo realizado por el Economista Daniel Lema del INTA, en base a los censos agropecuarios (que no reflejan totalmente la realidad, pero son los únicos datos que tenemos). También desmiente la creencia, la creencia respecto de las migraciones rurales.
Los datos reflejan que el numero de empresas se viene reduciendo con el tiempo como ocurre en todas partes y que el proceso de los últimos diez años ( los 90) no modificaron esa tendencia; en cuanto a la población, no solo no disminuyo, sino registro un ligero incremento, entre el 90 y el 2002. Esta es a la realidad a que me refiero y no tiene que ver con si me gusta o no; es así.(Le adjunto el trabajo)

Cuando me refiero al mercado objetivo: me refiero a la teoría de valores, que los divide en objetivos, subjetivos, intrínsecos y objetivos; por supuesto son conceptos capitalistas a los que adhiero:

“El mercado libre” representa la aplicación "social" de una teoría objetiva de los valores. Puesto que los valores deben ser descubiertos por la mente humana, los hombres deben gozar de libertad para descubrirlos, para pensar, estudiar y traducir su conocimiento a una forma física; para ofrecer sus productos en intercambio, para juzgarlos y para elegir, se trate de bienes materiales o de ideas, de un pedazo de pan o de un tratado filosófico. Puesto que los valores se establecen dentro de un contexto, todo hombre debe juzgar por sí mismo, dentro del contexto de su propio conocimiento, metas e intereses. Puesto que los valores se determinan por la naturaleza de la realidad, es entonces la realidad la que actúa como árbitro final del hombre: si su juicio es correcto, suyas son las recompensas, pero si se ha equivocado, él es su propia y única víctima.
En lo que respecta al mercado libre es especialmente importante comprender las diferencias que existen entre las visiones intrínseca, subjetiva y objetiva de los valores. El valor de mercado de un producto "no" es un valor intrínseco, un "valor en sí mismo" suspendido en el vacío. (¿Qué es el capitalismo? Ad Rand).
Creo que como Ud. dice no hay ningún mercado totalmente libre, no hay país que no trate de intervenir; pero lo que es cierto es que hay grados de protección, de regulación y en general son los países de economías mas abiertas los mas prósperos. Son estos países donde la pobreza es menor. Le adjunto un gráfico, de mi confección en base al índice del Word Economic Forum; (no el último que se publico en estos días y estamos peor).
De todas maneras, creo en "la complejidad" y en "la competencia profesional". No soy economista, ni propongo recetas simples; lo que si creo las regulaciones tienen que mínimas, administradas por individuos competentes y con criterios trasparentes. No creo en lo que se llama: "La Tentación del Bien", según el cual un individuo o grupo, cree poseer la verdad absoluta e interpretar lo que nos conviene a todos; supone que el pueblo no es inteligente y no se puede dar cuenta de lo que le conviene, que las fuerzas poderosas lo engañan y entonces, actúa en nombre del "bien común". Siempre los desastres se han hecho en nombre del bien común.
En general a los funcionarios, lo que les interesa es "su suerte" y a la hora de decidir es lo que prima y esto determina una conducta que conduce a gastar mas de la cuenta y ha exigir menos de la cuenta. A "quedar bien personalmente", con fondos que no le pertenecen; a no resolver lo problemas si no son urgentes, a hacer y decir lo que la gente cree, aunque este equivocada. Este comportamiento humano, imagíneselo en su familia, en su empresa o pregúntele a su padre o a su abuelo y le va a decir cuales son las consecuencias. Esto ha determinado que Argentina emita moneda hasta la hiperinflación y luego se endeude hasta el default, cuando se impuso el limite de la convertibilidad a la emisión de dinero. Así estamos.
Por eso tenemos que pensar cuando le asignamos funciones al Estado, que por supuesto es distinto de los políticos, pero esto tienen el control, porque no le estamos dando poder al niño Jesús. Las instituciones de la democracia tienen limites.
Se también que la experiencia de conferirles servicios a las empresas, no es sencillo. Pero lo que creo se lo cuento otro día.
En cuanto a los mercados, que es un poco el tema, creo que tienen que funcionar con "competencia"; no puede haber ni monopolios, ni oligopolios.Pero creo que en el caso Argentino, no tenemos problemas finos, tenemos problemas gruesos como el de la carne o el de las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Esto no solo no nos conviene a nosotros no le conviene a la Nación y los argentinos; porque nos impide ser competitivos en lo que podemos ser competitivos. Lo demás es sencillo, la inversión sale de la rentabilidad y de la inversión sale el trabajo. las posibilidades que tiene Argentina, las tiene a partir del sector agropecuario. Otros también, pero el nuestro es clave y creo que es lo que tenemos que demostrarle a país para bien de todos.
En cuanto a las dictaduras, no hay buenas. La dictadura comunista, duro 70 años y se mantuvo, merced a la represión y a costa de la miseria del pueblo ruso, hasta que el propio estado quebró. Se calcula que el número de muertos supera los veinte millones de personas.
Nuestra dictadura se instauro para combatir un proyecto “delirante” inspirado en un fundamento parecido al comunismo ruso, “la patria socialista”; la confrontación debió ser democrática y dentro del estado de derecho; pero fue lo que fue. No fue para implantar una economía libre, ni una sociedad abierta; cuya esencia es el ejercicio de la libertad. No puede haber libertad económica, sino hay libertad de pensamiento, de expresión, de asociación, de negocios, etc.
La dictadura la he sufrido, no me la tienen que explicar, era profesor y me fui antes de ser expulsado, salve mi vida porque no me encontraron; amigos, no tuvieron la misma suerte.
El progreso Chino no es por la competitividad de las empresas estatales, sino por haber aceptado las reglas de la OMC y aceptado la inversión extranjera. Tal es así, que hoy cuenta con 300 millones de personas con alto poder adquisitivo; y un importante número de millonarios. El régimen comunista solo sirve para tener oprimido al pueblo, 700 millones que no participa por ahora de estos beneficios.
La verdad es que no conozco ningún país que sea competitivo, por su protección, al contrario son razones políticas las que llevan a mantener las protecciones. Un ejemplo cercano es Chile, y es un gobierno socialista. Lo mismo que Nueva Zelanda, un país que admiro y comparable al nuestro.
Si creo en los derechos de propiedad, tanto de los bienes tangibles como intangibles, el caso de la propiedad intelectual ..Que sería Microsoft sin este derecho y que seríamos nosotros sin Windows.
En cuanto a ganadores y perdedores. Creo que de lo que hay que darse cuenta es que perder o ganar, es un resultado en el tiempo. Uno no gana para siempre (tiene la vaca atada), ni pierde para siempre. A veces perder, nos enseña y nos capacita para ganar en el futuro.
Creo que hay casos, como el de la soja, que muestran claramente que no solo gano el productor, gano el país con el aporte de divisas, el Estado con los ingresos impositivos, los pueblos del interior, Rosario es un caso relevante, etc.
Le suelo decir a un amigo, que piensa como Ud. que estoy triste porque la soja me rindió 50 qq/ha y el me pregunta ¿pero no es mucho 50?; yo le respondo, si es mucho, pero si me hubiera dado 20, no me hubiera beneficiado y habría menos pobres.
Se que muchos productores perdieron en los últimos años; lo cual no fue culpa de la soja, sino por un endeudamiento inoportuno, excesivo, irresponsable, como lo quiera llamar y no lo digo en forma despectiva, porque fui uno de los irresponsables (así califico mi caso) no digo de los demás. Nos equivocamos y tuvimos que empezar de nuevo y no es ninguna deshonra.
No defiendo el período del 90, defiendo cosas positivas que ocurrieron.

Estoy convencido que es posible, iniciar un período que genere oportunidades de crecimiento y de ganar-ganar. Pero este no es un proceso automático, sino que depende de los individuos que se den cuenta y hagan el esfuerzo y también de que se den ciertas condiciones predecibles y de libertad económica y abierta al mundo.
No tengo dudas que en este marco el negocio agropecuario tendrá un rol protagónico y capaz de generar riqueza y bienestar, no solo para el sector sino para el conjunto de la sociedad.
Pero también tiene que ser un sector donde los individuos acepten los desafíos de los tiempos y se transformen, se adapten a las nuevas realidades, puedan aprovechar las oportunidades. Para esto hay que aceptar los cambios, las posibilidades tecnológicas y los cambios de paradigma.
Recuerdo en el primer congreso de AAPRESID en el año 92, un momento muy complicado, poca rentabilidad y a los que nos iba bien, sobrevivíamos parecía que la agricultura tendía a desaparecer, las cosechas eran erráticas y empezábamos con la siembra directa y entonces decía: “la agricultura no tiende a desaparecer, tiende a transformarse”. El lema del congreso era: “Siembra Directa, Agricultura de fin de Siglo”. Pasaron 15 años y le puedo contar tantas historias de ganadores y no ganaron solos ellos. Ud mismo dice que hace siembra directa y ¿quien le cobro por eso?. No le estoy pasando factura, le estoy diciendo que se puede ganar y hacer ganar. No es derrame, es un proceso de cada uno, requiere darse cuenta y hacerse cargo.
He decidió enviarle estos comentarios parciales; en cuanto tenga un rato sigo. Gracias por su atención.
Víctor Trucco.

Estimado Dr. Víctor Trucco (20/11/06):


Retomo el contacto ya que acabo de regresar de un viaje por el exterior. Espero que se encuentre usted bien, al igual que su familia.
Paso a dar respuesta parcial a su último e-mail.
Aquí le envío un análisis realizado a mi pedido por un grupo de estudiantes de la carrera de Estadísticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) sobre el trabajo del Dr. Lema, ya que desde mi forma de ver, tiene algunas incongruencias notorias.
Analizar el comportamiento de la población en relación a un cultivo sin tomar en cuenta los fenómenos económicos que son siempre los que determinan en última instancia las migraciones rurales (ya sean internas o externas), me parece a todas luces erróneo. La soja no es mala, lo malo es el monocultivo. Esta realidad, es un dato económico que trae consecuencias sociales, demográficas, ecológicas, etc.
Pienso que no se puede desligar el comportamiento poblacional de los vaivenes económicos de nuestro país. Hablar de migraciones o población rural sin tener en cuenta fenómenos como pueden ser, a modo de ejemplo, el proceso de sustitución de importaciones en la década del ‘40 o el ‘50, la Ley Raggio en los ‘60, la convertibilidad en los ‘90, y comparar esos períodos sin soja con los períodos en que apareció la soja, me pareció un ejercicio intelectual absolutamente incorrecto e innecesario.
Pero Dr., vayamos al grano, le adjunto:
1) El trabajo de referencia elaborado por Nicolás Renzi.
2) Una nota mía publicada por un periódico nacional.

Esperando que se encuentre bien, salud y buenas cosechas. 

Pedro Peretti

Análisis sobre las Explotaciones Agropecuarias (EAPs)
en el período intercensal `88 - `02

Nicolás Renzi.
Federación Agraria Argentina.


En el siguiente trabajo se presentará un análisis sobre las EAPs y las distintas variables que están relacionadas con el comportamiento de éstas. Dicho trabajo está basado en los datos de los distintos Censos Nacionales Agropecuarios (CNA).

Tabla 1: Total de EAPs y variación intercensal para el período (`88-`02)

Explotaciones Agropecuarias (EAPs)
Regiones CNA `88 CNA `02 Variación Intercensal
Total EAPs Total EAPs
Región Pampeana 196.254 139.094 -29%
Cuyo 46.222 39.165 -15%
NOA 72.183 67.373 -7%
Patagónia 21.313 17.842 -16%
NEA 85.249 70.059 -18%
Total País 421.221 333.533 -21%

Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC (CNA’88 y CNA’02)

En la tabla anterior se puede observar que el número de EAPs cayó un 21% para el total del país, pasando de 421 mil en 1988 a 333 mil en 2002. De esta cantidad observada de acuerdo al CNA 2002, un 89% correspondió a EAPs con límites definidos, para las cuales la superficie ocupada en hectáreas se redujo un –1%. Además se puede visualizar que en todas las regiones del país disminuyo el número de EAPs.
La disminución de las mismas tuvo un mayor peso en la Región Pampeana (-29%), sólo la reducción de esta región explica el 69% de la correspondiente al total del país. En el resto del país, se percibió una caída en el número de EAPs del (–14%) en promedio.
Las provincias en las que mas se redujo la cantidad de EAPs fueron Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, en conjunto estas 3 provincias explican el 55% de la reducción para el total del país.
Cabe destacar que en algunas provincias aumentó el número de EAPs, tales como Salta, Jujuy y La Rioja. Mucho tiene que ver éste aumento con la ampliación de la frontera agropecuaria, a costa de la deforestación de selvas y bosques y la cesión de tierras fiscales por parte de las Provincias.


Gráfico 1: Total de EAPs en los distintos Censos Nacionales Agropecuarios (CNA)


Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC

En el gráfico anterior se puede visualizar como a lo largo de los distintos censos el número de explotaciones agropecuarias fue variando en nuestro país. La mayoría de estos cambios fueron provocados por las distintas políticas económicas.
Se puede observar como a partir del censo nacional agropecuario de 1969 comienza una tendencia decreciente en el número de explotaciones agropecuarias para el total del país. Dicha tendencia puede explicarse por distintas políticas económicas que se fueron desencadenando desde 1967 con la aplicación de la ley Raggio sancionada por la dictadura de Onganía. Desde los `60, hasta la fecha, fueron expulsados del campo unos 260.000 productores, mientras tanto los grandes terratenientes recuperaron y ampliaron sus tierras. Según el último censo solo el 2 % de los productores concentran casi el 50 % de las Has.


Gráfico 2: Tamaño promedio en Hectáreas de las EAPs en los distintos Censos Nacionales Agropecuarios (CNA)
Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC

En el gráfico anterior se puede observar como el tamaño promedio de las EAPs con límites definidos creció de 469 ha en 1988 a 588 ha en 2002 (+25%) para el total del país, continuando con la tendencia creciente que comenzó a partir de 1969. Ésta tendencia creciente en el tamaño promedio de Has de las EAPs da muestras del proceso de concentración de tierras que se esta produciendo en nuestro país.
Explotaciones Agropecuarias (EAPs)
Regiones CNA `88 CNA `02 Variación Intercensal
Promedio en Has Promedio en Has
Región Pampeana 396 533 35%
Cuyo 149 198 33%
NOA 396 393 -1%
Patagónia 3746 4127 10%
NEA 247 301 22%
Total País 469 588 25%

Tabla 2: Tamaño promedio en Has y variación intercensal para el período (`88-`02)

Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC (CNA’88 y CNA’02)

El mayor crecimiento se observa en la Región Pampeana, dónde la escala promedio se incrementó un +35% (pasando de 400 ha en 1988 a 533 ha en 2002).
Estos números, al igual que en el gráfico anterior muestran a las claras como se va incrementando en todo el país el tamaño de las explotaciones agropecuarias.

La cantidad de EAPs con límites indefinidos se redujo un –16% en todo el país. Cabe destacar que cerca del 80% de las EAPs con límites indefinidos se encuentra en las Regiones NOA y NEA. En la primera, las provincias con mayor proporción de EAPs con límites indefinidos son Santiago del Estero, Salta y Jujuy y en la segunda son Chaco y Formosa.

Si relacionamos las distintas variables que vimos anteriormente podríamos decir que cada vez son menos las Explotaciones Agropecuarias de nuestro país y a su vez éstas son cada vez más grandes, es decir concentran más proporción de tierras. Por lo tanto, se podría pensar que en nuestro país tienden a desaparecer cada vez más las EAPs de menor tamaño.

Gráfico 3: Total de personas que residen y trabajan en las EAPs para los distintos CNA



Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC


Al igual que en las variables que se estudiaron anteriormente se puede observar también en este gráfico como a partir de 1969 comienza a disminuir la cantidad de personas que residen y trabajan en las explotaciones agropecuarias. De aquí se puede visualizar que el descenso de la cantidad de personas que residen en el campo supera el 55 % desde 1969 a 2002. Además, también se ve que el descenso de las personas que trabajan es cercano al 50%.
Gráfico 4: Total de Población Rural según los distintos Censos Poblacionales




Fuente: Elaboración propia con datos de INDEC

En este gráfico se puede observar como en los distintos censos poblacionales la población rural fue decreciendo. Se puede remarcar que a diferencia de lo que sucedió en el período entre el ´60 y el ´80 a partir del 1980 esta población comenzó a decrecer y en el período entre 1980 y 2002 la población decreció en un 20%.
Además, en la siguiente tabla se puede observar que en el último periodo intercensal la población rural dispersa se disminuyo en un 15%

Población Rural Dispersa
1991 2001 Variación
3.061.326 2.604.647 -15%



Nota:
* Se clasifica como población rural a la que se encuentra agrupada en localidades de menos de 2.000 habitantes y a la que se encuentra dispersa en campo abierto.
* Se clasifica como población rural dispersa, sólo a aquellas personas que viven en hogares que están establecidos en campo abierto.


Observaciones:
Como corolario de este trabajo, se desprenden varias inconsistencias del análisis sobre EAPs y población rural en los `90 enviado por el Doctor Víctor Trucco y elaborado por el Doctor Daniel Lema, a continuación se detallan algunas de estas observaciones:
La población rural entre 1991 y 2001, contrariamente a lo que se argumenta en el trabajo del Lema, no aumentó, sino que decreció en un 8.4 %, y como mencionamos anteriormente, la población rural dispersa disminuyó un 15%. Coincidimos con Lema cuando dice en la Lección 2 que: “los datos están disponibles solamente hay que tomarse el trabajo de leerlos”; sólo que podríamos agregar a esta frase que, hay que ser cuidadoso a la hora de manipular la información y hay que “saber” leer los datos que están disponibles.
También coincidimos con lo que se menciona en la Lección 1 del mismo trabajo, que: “hay una correlación entre las distintas variables en estudio”; esta correlación se puede ver observando los gráficos de este trabajo. Tanto el número de EAPs como las personas que residen y trabajan en el campo comienza a disminuir a partir de 1969 y el tamaño promedio en Has de las EAPs comienza a aumentar a partir de esta misma fecha. Esta correlación se puede visualizar simplemente observando los datos disponibles, lo que debiéramos preguntarnos es el porque de estas correlación. ¿Por que estas variables comienzan a decrecer a partir de esta fecha?
Esta correlación puede que no implique causalidad, pero si la causalidad implica correlación.
Es imposible explicar o adjudicar los movimientos de estas variables poblacionales a un cultivo, sin tener en cuenta lo procesos económicos y sociales por los que atravesó nuestro país. La causa de dichos movimientos se debe a los cambios económicos y sociales y las consecuencias de éstos se reflejan en las variables poblacionales.
Leer los datos y justificar distintas acciones según lo que reflejan estos datos no es tener prejuicios a la hora de dar explicación. Que mejor para explicar ciertos fenómenos que basarnos en los datos existentes. Pero volvemos a repetir, para basarnos en estos datos hay que saber leerlos y hay que tener una perspectiva a largo plazo, no podemos explicar el comportamiento de las EAPs o vaticinar que estas van aumentar o disminuir sin tener en cuenta otras variables y el comportamiento que tuvieron estas a lo largo de toda la historia.
Además de estas inconsistencias, en este trabajo se pueden encontrar varios errores conceptuales, como por ejemplo en el Gráfico de población rural en valores absolutos se pueden ver valores como 3783401.248 personas para el Censo Poblacional de 1991. Y es irrisorio e improbable pensar en cantidad total de personas con números que no son enteros, nadie podría censar 100.000,6 personas.
Cuando se estudia el número de EAPs se habla de que la tasa anual entre 1969 y 2002 tiene una diferencia que no es estadísticamente significativa al 0.3% ( en base a que distribución se hace este test de diferencia de tasas???). También en varios momentos se hacen comparaciones sobre los períodos intercensales, cuando estos períodos no son comparables, ya que no son equidistantes entre censos.
En una parte del trabajo se menciona que: según una estimación del número de EAPs el dato del censo agropecuario esta por encima de esta predicción. Y se dice que la predicción es en base a la tendencia anterior. Por lo tanto, pensamos que seria bastante descabellado decir que el numero de EAPs para el 2002 esta por encima de las predicciones, ya que nos estaríamos equivocando seriamente si quisiéramos estimar un valor futuro con solamente dos datos sin conocer el comportamiento de esta serie y sin tener en cuenta factores externos (políticas internas y externas, catástrofes, etc.) que pueden distorsionar dicho comportamiento.

Como un dato anexo a este trabajo y como consecuencia de los procesos antes mencionados podemos ver que, en nuestro país, no solo la población rural es la que esta disminuyendo, sino que también hay localidades de mas de 2000 habitantes, que su economía depende casi exclusivamente del agro, y que su población esta decreciendo fuertemente.
Tomamos como ejemplo el departamento Constitución de la Prov. De Santa Fe. Este departamento esta localizado en plena pampa húmeda y esta compuesto por 19 localidades.
En la siguiente tabla se puede observar que 11 de las 19 localidades del departamento disminuyeron su cantidad de habitantes. En localidades mayores a 2000 habitantes como Peyrano y Máximo Paz ha disminuido la población y en localidades como Alcorta y Bombal, si bien su población ha aumentado este crecimiento es muy pequeño comparado el crecimiento de la población en el total del departamento.
POBLACION VARIACION RELATIVA
LOCALIDAD CENSO 1991 CENSO 2001 2001/1991 (%)
DEPARTAMENTO CONSTITUCION 79.419 82.642 4,06

ALCORTA 7.310 7.450 1,92
BOMBAL 3.265 3.307 1,29
CAÑADA RICA 822 748 -9,00
CEPEDA 518 434 -16,22
EMPALME VILLA CONSTITUCION 5.335 5.890 10,40
GENERAL GELLY 852 787 -7,63
GODOY 1.537 1.419 -7,68
JUAN B. MOLINA 1.605 1.502 -6,42
JUNCAL 1.328 1.277 -3,84
LA VANGUARDIA 561 455 -18,89
MAXIMO PAZ 3.771 3.562 -5,54
PAVON ARRIBA 1.902 1.978 4,00
PEYRANO 2.663 2.637 -0,98
RUEDA 720 677 -5,97
SANTA TERESA 3.135 3.278 4,56
SARGENTO CABRAL 1.087 1.077 -0,92
THEOBALD 233 302 29,61
VILLA CONSTITUCION 41.530 44.369 6,84
PAVON 1.245 1.493 19,92









FUENTE: INDEC - IPEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.


Mail enviado por trucco en respuesta a lo anterior

Estimado Pedro, te agradezco tus comentarios, son muy interesantes. En este momento, siembra, cosecha, piedras y otros compromisos, no me permiten seguir los comentarios, pero lo haré pronto apenas tenga un claro. Reitero te agradezco, la atención y el interese en estos temas, creo que es la forma en que se construye y uno aprende, por el bien de todos. Pero bueno, solo trato de disculparme por no responderte tan pronto como quisiera. Saludos. Víctor

21/12/06 - Producción y distribución para un país más justo

Estimado Dr:

Me gustaría que me subrayara en qué párrafo, o en qué momento de esta polémica, leyó usted que yo estoy en contra de la productividad. Dónde o desde qué idea que haya expresado, puede sacar eso de que yo (aunque metafóricamente) puedo pensar que si la soja, en vez de dar 50 da 20, eso fuera a redundar en menos pobres. Nada tiene que ver productividad, con justicia distributiva, pueden ir juntas o no, generalmente, van por cuerdas separadas, como nuestro país, en donde hay mucho volumen de producción y mucho hambre. Como decía Monseñor Helder Camara: “De qué sirve la carne colgada en el gancho de la carnicería si no tengo plata para comprarla”. De qué sirven 2.375 millones de dólares en retenciones, si ello no se aprovecha para segmentar políticas para los sectores más débiles del campo o para apuntalar a los pequeños y medianos productores que son los verdaderos sostenedores del interior profundo y grandes dadores y creadores de trabajo o para generar políticas públicas, de inclusión social, de desarrollo del mercado interno, del fortalecimiento de Pymes, etc., etc.
Los pooles de siembra, el latifundio, no solo no generan trabajo ni distribuyen nada, sino que son verdaderos destructores de ese entramado social construido a lo largo de más de 100 años de colonización de nuestros pueblos.
Lo desafío a tomar cualquier pueblo del sur santafesino, donde la tierra está dividida y compárelo con cualquier pueblo del norte santafesino rodeado de latifundio. En el 1° ejemplo va a ver que cualquiera de esos pueblos, tomemos el mío (Máximo Paz), tiene más de 30 instituciones sociales (clubes, cooperadoras, asociaciones, etc.) más todos los servicios (pavimentos, luz, gas, etc.). En el otro ejemplo vas a ver sólo pobreza, pocos servicios, mucha plata que se va del distrito, etc. La división de la tierra es un elemento democratizador y distribuidor de calidad de vida y progreso. Ambos fueron el signo distintivo de nuestra región.

La mala prensa
Su largo lamento sobre la mala prensa de la soja me hace acordar a aquella respuesta que le espetó el genial escritor vasco, Miguel de Unamuno, al General fascista franquista, Millán de Astray, al término de una conferencia de Unamuno en la Universidad de Salamanca. El Gral. Franquista, le gritó del fondo del salón ¡Viva la muerte!, a lo que Unamuno le respondió: Venceréis pero no convenceréis. Al modelo de monocultivo sojero más agricultores sin activo físico (pool de siembra), les pasa lo mismo, no convencen a nadie, salvo a los que tienen intereses concretos en el negocio, mientras el Estado mira para otro lado.
Coincido en parte con ud. en que la “soja no se mancha” para apelar a una metáfora maradoniana. Lo que mancha, lo que no sirve, es el modelo de desarrollo agrícola. Allí la soja es un instrumento, el monocultivo sojero un resultado (para unos deseados, para otros no), y la deforestación y expulsión de campesinos, chacareros y arrendatarios, una consecuencia inexorable de “ese” modelo de desarrollo.
El desarrollo agrícola, basado en un solo cultivo, en todos y cualquier lado, haciendo a un lado la diversidad y poniendo sólo el acento en el volumen productivo sin tener en cuenta quiénes y para qué lo producen, conduce inexorablemente a la concentración de tierras, renta y población, pone en serio riesgo la seguridad y la soberanía alimentaria, maldistribuye la riqueza y no tiene sustentabilidad, ni económica, ni social, ni ambiental, a mediano y largo plazo. Si a eso le sumamos la precarización laboral y la falta de conciencia en el manipuleo de agrotóxicos que pone en serio riesgo la salud humana, nos encontramos con un modelo productivo muy difícil de “vender” al conjunto de la sociedad. Excepto por sus beneficiarios “exitosos” o un Estado “distraído”, pues no creo que haya muchos más interesados en “comprar” tamaño dislate productivo, ambiental, social, poblacional, etc.
Pero dejemos en claro una cosa, la soja no es culpable, la siembra directa no es culpable. La única culpable es la falta de políticas públicas que ponga límites precisos al monocultivo anárquico. Sembrar soja en la Patagonia no es un éxito genético, sino un retroceso ambiental y de la biodiversidad. Se puede sembrar mucha y buena soja, pero donde y como corresponda y sea ambientalmente responsable.
En cuanto a la discusión sobre producción de alimentos vs. hambre, es una discusión ya saldada, pues desde Josué de Castro, en “Geopolítica del hambre” que data de los años 50 del siglo pasado hasta acá, está harto demostrado que el problema del hambre en el mundo no es por falta de producción de alimentos sino por la mala distribución de la riqueza.
Ningún país del mundo (aun los más pobres y miserables en materia de recursos naturales) deja de producir lo suficiente para alimentar a su población. Muchos de los países, por no decir todos, con padecimientos alimentarios sufrieron distorsiones exógenas, de tipo neocolonial, en donde instrumentos económicos de los países desarrollados (como los subsidios o la Ley Pública nº 480 de los EEUU usada para colocar sus excedentes agrícolas), empujaron cambios alimentarios en la población de los países del tercer mundo, y fue con el correr de los años los hicieron dependientes de productos alimentarios importados.
Los Gobiernos que desarrollan economías orientadas al monocultivo, con productos destinados a satisfacer prioritariamente las demandas de los mercados externos, no evalúan ni les preocupan los riesgos que sufren los pueblos al no tener presente, a la hora de diseñar políticas publicas, las consecuencias que acarrea el no tomar en cuenta la soberanía y la seguridad alimentaria de una Nación.
“No hay excusas para que haya hambre en nuestra región.”, ha dicho el representante de la F.A.O., José Graciano da Silva, mientras los datos de las Naciones Unidas revelan que en América Latina existen 216 millones de pobres (42 % de la población) de los cuales 53 millones están desnutridos por indigencia y dentro de estos, 20 millones son niños. Y todo con una producción que triplica lo que se necesita consumir. Argentina, por ejemplo, produce 10 veces la cantidad de alimentos que consume. Además nuestra región posee la mayor reserva de tierras cultivables del planeta con 576 millones de hectáreas, que representan el 30% del total mundial. Asimismo, la región es la mas rica en recursos hídricos, un elemento vital para la producción y el consumo, pero, en este aspecto hay que señalar que avanza la desertificación y la tierra esta siendo dañada por el uso de agroquímicos, salinización y monocultivos. En cuanto a los bosques, América Latina perdió 47 millones de hectáreas en la última década.
Como vemos, no es por falta de alimentos, sobran. Es por la combinación fatal de pobreza, falta de educación, desnutrición. Todas consecuencias de una causa única: la mala distribución de la riqueza. Productos de políticas diseñadas por élites absolutamente ganadas por una concepción neoliberal y que actúan en contra de sus propios pueblos.

La soja: un poco de historia
No es que los sectores progresistas tengamos prejuicios con la soja. De hecho fue un gobierno de neto corte nacionalista y popular como fue el de Héctor Campora, el responsable de introducir la soja en nuestro país. No fue la iniciativa privada, ni productores “inquietos e innovadores” o multinacionales que apostaban al país. Fue el “denostado” Estado Benefactor, con funcionarios y políticas al servicio del pueblo argentino, los que introdujeron el cultivo.
José B. Gelbard era Ministro de Economía (de notoria militancia en el Partido Comunista y hoy elevado a categoría de prócer nacional), el Secretario de Agricultura Horacio Giberti (un patriota con todas las letras), el Subsecretario Armando Palau (un militante del ala de la izquierda de la iglesia de aquel entonces), verdadero impulsor y hombre dotado de una notable visión, que en un gobierno dispuesto a muchas transgresiones positivas como aquel, encontró un campo fértil a sus inquietudes innovadoras.
El Ejército, que puso los dos Hércules para traer las 35 toneladas de distintas variedades de semillas de soja, era comandado por el General Carcagneo (célebre por su discurso de Caracas condenando la Doctrina de la Seguridad Nacional que por entonces estaba tomando vuelo, y que luego sería el soporte ideológico de la dictadura militar) y el secretario gral. del Ejército era el Cnel. Juan Jaime Cesio (recientemente ascendido a Gral. por el Presidente Néstor Kirchner) y de destacada actuación en el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos y el interés nacional, lo que le valió que le fuera negado su asenso a Gral. y luego expulsado de las F.F.A.A. por Videla y Compañía).
Esto ya es historia, pero nos debe servir para sacar algunas conclusiones. Una de ellas es que no todos los funcionarios son malos o corruptos, ni que todo Estado es malo, ni que toda la intervención es contraria a los intereses de la gente. Otra conclusión es que si no hay negocio rentable, no hay sector privado que arriesgue.
La soja en el país la “inventó” el Estado argentino y Monsanto debería pagar Royalty al Estado y sus políticas públicas.

¿Nos va mal por sembrar soja?
No nos va mal por sembrar soja, o por hacerlo bien, o por la siembra directa. Nos va mal porque solo, tan solo, 10 mil productores producen el 71,09% de la soja (según datos oficiales de la ONCCA) de este país, o sólo 20 compañías manejan el 50% de nuestro comercio exterior y 5 de las 6 primeras son exportadoras de granos (Ámbito Financiero, pág. 5 20/12/06), o por no generar estrategias de redistribución de la riqueza e inclusión social, o por no tener políticas públicas activas de desarrollo rural, o por no defender el medio ambiente, o por deforestar, o por abandonar la rotación de cultivos, o por no proteger a nuestros pueblos condenados por el monocultivo sojero a desaparecer, o por no persistir en tener como objetivo de política nacional, la defensa de la chacra mixta, y la ocupación territorial, no solo productiva sino poblacional de nuestro país.
Nos va mal también por no poder evitar la concentración y extranjerización de tierras y rentas, por no tener una ley de contratos agrarios que incluya arrendamientos y aparcerías rurales (ver proyecto de FAA).
Nos va mal, entre otras cosas también, porque el lobby sojero no termina de entender que por encima de la soja y de los volúmenes, está la vida humana. Según un informe de la Secretaría de Medio Ambiente, en la Argentina entre 1998 y 2002, se talaron en las provincias de Chaco, Formosa, Misiones, Santiago del Estero, Salta y Córdoba, cerca de un millón de hectáreas para sembrar soja. Cuando se trató el proyecto del Diputado Miguel Bonasso que ponía límites a este atropello ambiental, los legisladores que expresan el lobby sojero como María del Carmen Alarcón, el bloque macrista u otros legisladores como el salteño Urtubey y Osvaldo Salum, vinculados al Gobernador Juan Carlos Romero de Salta, notorio dilapidador de la tierra pública, se retiraron del recinto para no votar la ley. El monocultivo produce una multiplicidad de efectos negativos, pero se destacan esencialmente dos: en lo económico, hiperconcentración del capital; en lo político, una mezcla de conservadurismo más neoliberalismo que está más cerca de las sociedades feudales que de las democracias modernas.
Por eso nos va mal. Por eso la opinión pública no convalida este modelo sojero de agricultura sin agricultores. La sociedad argentina se inclina ampliamente por un modelo de agricultura con rostro humano, en donde la soberanía y la seguridad alimentaria no sean una ficción discursiva sino que sean una realidad. Por eso le repito, estimado Dr., pueden que venzan y la Argentina sea un mar de soja, pero dudo que convenzan.


Agricultura familiar, soja y gobernabilidad
En la campaña agrícola de 1988/89 se sembraron 4,6 millones de hectáreas de soja y la producción alcanzó los 6,5 millones de toneladas. Quince años después, en !a campaña 2003/2004, la superficie sembrada ascendió a 14.9 hectáreas y la producción fue siete veces mayor. Durante semejante expansión todo indicaría que la bendita soja desparramó felicidad y puestos de trabajo. Nada de eso. Durante el mismo período desaparecieron 103.000 explotaciones agropecuarias y se pulverizaron 700.000 puestos de trabajo. Junto con este proceso de sojización anárquica más de 600 pueblos del interior profundo de nuestro país fueron empujados casi a su segura desaparición y los costos ambientales en sus más amplios y variados aspectos fueron de una enormidad aún no suficientemente cuantificada. ¿Puede gobernarse un país solo mirando la cuenta fiscal que la oleaginosa produce? ¿Puede gobernarse un país absolutamente concentrado económica y poblacionalmente, con un inmenso territorio vacío, solo trabajado por algunas miles de empresas rurales (pools de siembra)? Evidentemente, nunca más cierta y más actual aquella vieja y profética máxima alberdiana de que "gobernar es poblar". Si a esto le sumamos que hoy ya, 16.600.000 hectáreas son extranjeras y durante los 90 se incrementó en más de 100 por ciento la concentración de la propiedad de la tierra, en un proceso que lejos de detenerse aumenta día a día y pone en jaque a cualquier intento de ejercicio real de nuestra soberanía. Agua, gas, petróleo y tierras en manos de pocos y extranjeros. Estas fueron cooptadas en base a la expulsión de miles de familias campesinas y chacareras. ¿Qué política puede asentarse sobre esos territorios feudalizados?; ¿quién puede garantizar allí niveles de vida dignos, impartir justicia, educar a nuestros niños en el amor a la patria y al suelo, con semejantes niveles de concentración y extranjerización? No se puede gobernar con eficacia un país con la mitad de su población concentrada en un radio de 80 kilómetros del Obelisco y un gran interior despoblado en manos de extranjeros y latifundistas. Tampoco es posible discutir con seriedad la distribución de la riqueza y el fin del desempleo, si no se discute el tema de los recursos naturales y el uso y tenencia de la tierra. Sin esos dos ejes estructurales cualquier propuesta de justicia distributiva será solo una aspiración de deseo y la gobernabilidad solo una formalidad utópica.
La agricultura familiar es uno de los más formidables instrumentos para generar empleo, distribuir riqueza y ocupar territorialmente al país, debe dejar de ser visualizada como un esquema marginal de producción para darle la importancia y envergadura-que en la Argentina no tiene y en el resto del mundo, incluido los países desarrollados, sí tiene. Es imperioso que el Estado argentino reconozca que no solo existe la agricultura comercial, y pase a hacerse cargo de las demandas de miles y miles de productores familiares afincados a lo largo y ancho de nuestro país, que no tienen ningún tipo de reconocimiento estatal. Lo mismo da para el Estado un gran productor de la Pampa Húmeda, que un pequeño y mediano chacarero. Quién puede garantizar equidad, distribución y ocupación territorial con semejantes niveles de desconocimiento e indolencia. El problema agrario no puede ni debe ser un coto de caza exclusivo de empresas trasnacionales, terratenientes codiciosos, suplementos especializados de los grandes diarios o técnicos al servicio de maximizar ganancias sin responsabilidad social; es un tema de todos... que cruza a lo largo y a lo ancho a toda nuestra gente. No hay solución a los problemas estructurales de los argentinos sin un programa agrario, que mínima y necesariamente debe armonizar producción, población y medio ambiente con equidad y distribución. Hasta aquí la única política en torno al tema de la agricultura familiar y sus desventuras, fue que no hubiera política ni donde discutirla; el mercado lo resuelve todo: tierra, sustentabilidad, gobernabilidad, medio ambiente, etc. Pero ya sabemos cómo actúa el mercado sin control: concentrando, expulsando y destruyendo. Semejantes desafíos, necesitan de una acción integradora y movilizadora de los productores familiares y sus organizaciones en el sentido de articular e integrarse con sectores políticos y sociales con visiones e intereses similares en torno a estos grandes temas. Debemos encontrar desde dónde generar, explicar y actuar en conjunto para construir una gran fuerza multisectorial y pluripartidaria que permita fortalecer y amplificar estas demandas que impactan en forma tan amplia en el conjunto de nuestro pueblo. No por viejo y remanido aquel axioma de que “la unión hace la fuerza”, deja de ser una verdad incontrastable. Así como no es menos cierto que razón sin fuerza es como un tractor sin motor.


El progreso chino
Usted dice que el progreso chino se debe a que aceptaron su ingreso en la OMC y por la inversión extranjera. Pero me permito recordarle que según consigna la propia OMC, recién el 17 de setiembre de 2001 terminó con éxito el proceso de integración de ésta a la OMC. Hace sólo 5 años que China ingresó formalmente al organismo, pero, según el vicepresidente de la Academia de Ciencias Sociales China, hace 28 años que la tasa media de crecimiento económico alcanzó el 9,9, como vemos, desde mucho antes de su ingreso a la OMC, China ya crecía a tasas astronómicas. Estos son datos oficiales y fácilmente corroborables. Por lo tanto, aceptar las reglas de la OMC no significa un pasaje automático al desarrollo y la felicidad, más bien todo lo contrario. A pesar de haber ingresado a la OMC, China (al igual que Europa y EEUU, que gastan millones de dólares en subsidios ilegales) viola sistemáticamente los acuerdos que suscribe en dicho Organismo. El mejor ejemplo de ello es la triangulación que hace con el ajo a la Unión Europea vía Gran Bretaña y que perjudica notablemente a nuestros productores.
En cuanto a la aceptación china de inversiones extranjeras, no significa que éstas hagan, vayan y produzcan, cuánto dónde y cómo se les ocurre, como sucede aquí en nuestro país.
En china, el Estado determina:
1. Qué tipo de asociación debe tener el capital extranjero.
2. Hay un patrón de desarrollo en donde se especifica a) 5 zonas económicamente especiales; b) 43 zonas de desarrollo económico y tecnológico; c) 14 zonas de desarrollo de alta tecnología; e) zonas francas; c) parques industriales con beneficios fiscales específicos.
3. Ejes de localización: a) la costa marítima, desde la Bahía de Bohai, hasta la Bahía Beibu; b) las fronteras, especialmente en las zonas fronterizas del norte, de Xinjian y Heilongjian, y del sur, de Yunnan y Guanxi; c) los ríos principales, especialmente el valle del Yangtzè, hasta Conqing, destacándose el área industrial de Pudong, en Shangai; d) el ferrocarril que vincula a China con Asia Central, a través de los montes Altai, en Xinjiang.
Como vemos, el capital extranjero llega pero dónde, cómo y cuánto lo determina soberanamente el Estado Chino.
Tampoco nos puede alegrar el desarrollo desigual chino al que usted hace referencia, que genera millonarios y excluidos por igual. Usted habla de 300 millones con poder adquisitivo y 700 millones que miran. ¿Quién puede alegrarse de tamaña desigualdad?.
Tampoco puede generar alegría la sobreexplotación de los recursos naturales que ese modelo de desarrollo conlleva. La contaminación y el despilfarro de los recursos naturales como el agua, son el talón de Aquiles del modelo.
Según el propio Ministerio de Recursos Acuíferos chinos, 400 de las 600 ciudades más importantes del país tienen escasez de agua. Las señales de crisis de este modelo de desarrollo se encuentran por doquier en el mapa económico del “Gigante Asiático”. Es cotidiana la publicación de diarios chinos con estadísticas y pronósticos cada vez más sombríos sobre contaminación, desertificación, sequías, cambios climáticos, etc.
Como podemos apreciar, la presencia del Estado es determinante en la actividad económica del país, y como vemos, competitividad, crecimiento y desarrollo, no le faltan. Lo que se puede discutir es la justicia en la redistribución de esos beneficios al conjunto de la sociedad china.

Regulación:
Las regulaciones deben ser el resultado de un consenso social que exprese la relación de fuerza y el grado en que una sociedad defina las prioridades productivas, sociales, etc., con que pretende vivir y diseñar su futuro. La transparencia e idoneidad son requisitos indispensables “para todos” no solo para las regulaciones. Pero además el control social, la independencia de poderes y la existencia de justicia, que castigue a quien delinque (no la de los 90, con Corte adicta, o la de Reutemann, con su primo Presidente de la Corte) son requisitos indispensables para el funcionamiento de cualquier sociedad que se precie de normal y que castigue sin excepción a quien busque trampear las normas.
A los funcionarios les interesa su suerte, es cierto, pero pensar que el endeudamiento, la hiperinflación, o el corralito, o cualquiera de las otras pestes que asolaron a nuestra sociedad en el último medio siglo, es producto del mayor o menor patriotismo de un funcionario, es una ingenuidad. Los funcionarios ejecutan políticas (con mayor o menor eficiencia y transparencia), pero políticas que expresan resultados de relaciones de fuerzas concretas dentro de la sociedad. No son paracaidistas polacos que un día se levantan y dicen: “Hoy hago la hiper, mañana me endeudo”. Éstas (tanto la hiper como la deuda externa), son instrumentos de política económica de los sectores dominantes para consolidar su hegemonía y agrandar su participación en la apropiación de la riqueza generada. Todos estos procesos económicos, tiene su correlato político.
Yo creo en la corresponsabilidad de la sociedad. Un Videla fue posible porque una gran mayoría de la sociedad lo permitió, un Menem fue posible, porque hubo una sociedad, una conciencia media mayoritaria, inclinada al discurso mágico, fácil, y grupos económicos muy bien pertrechados, que supieron sacar partido de las debilidades, divisiones, y vacilaciones de nuestra sociedad.

Crecer sin desplazar
El paradigma ganar-ganar es contradictorio con la agricultura de escala, pues para conseguir escala, hay que desplazar a otros productores, y los desplazados pierden. Los pooles de siembra son malos, entre otras cosas, porque desplazan a productores tradicionales que son también ultra eficientes y generan un modelo de desarrollo agrícola que “sólo produce volúmenes”, pero no conlleva “todo” lo demás que le dio sustento económico, social, ecológico, poblacional, a la colonización agrícola de nuestro país.
Es esa la “otra” gran discusión del agro argentino. En FAA somos concientes que se puede sembrar toda la Pampa Húmeda sin el chacarero tradicional. Lo mismo puede suceder con la yerba mate en Misiones, con el arroz, o con la caña.
La agricultura industrial puede reemplazar al pequeño y mediano productor, ¿pero es ese el modelo agrario que queremos? Desde el punto de vista: ecológico, social, poblacional, si queremos un país integrado, articulado, socialmente junto, no podemos convalidar el modelo de desarrollo sojero actual. Si lo que pretendemos es un país con el 90% de su población viviendo en Buenos Aires, Rosario, Córdoba o Mendoza y el interior absolutamente despoblado, sólo sembrado de soja y en manos de 10 mil grandes empresas agropecuarias, entonces vamos por “buen camino”.
De esto hay que darse cuenta. Es una decisión y discusión de toda la Argentina, es un debate del conjunto de nuestro pueblo y no solo del sector. Son cosas demasiado importantes para muchos millones de argentinos para que quede sólo en manos de terratenientes codiciosos, transnacionales inescrupulosas, y técnicos y escribas al servicio de intereses sectoriales y no del conjunto.

El darse cuenta como hecho mágico
El mundo desde que es mundo luchó entre lo que es y lo que debería ser. No existe el hecho mágico de que a alguien se le prende una lamparita y sale un invento o se dio cuenta del método de labranza que le cambió la vida. Eso sucede en los dibujitos animados.
Los procesos de transformación económica, social y productivas son eso: procesos que maduran, no solo en la cabeza del “genio”, sino en la sociedad, y cuando hay condiciones para que nazcan, nace. Como siempre que nacen cosas nuevas, lo hacen con dificultad, temor, incomprensión, pero con fuerza. La necesidad es la gran paridora de los adelantos técnicos y científicos de la humanidad. Pero no hay magia, ni espontaneidad, ni genio aislado, ni “darse cuenta”.
Existen procesos sociales que generan conocimientos colectivos que hacen que maduren las condiciones objetivas para que se produzcan los alumbramientos científicos. El automóvil apareció cuando estas condiciones estuvieron maduras y el desarrollo socioeconómico de la sociedad estuvo preparado para absorberlo. Así vino el tractor o la sembradora. Se pasó de la tracción a sangre a la mecánica y del carro al camión. Es un proceso que la necesidad social fue alumbrado y abonando, y cuando las condiciones objetivas (la realidad) estuvo lista, dió el paso (contado esquemática y mecánicamente, los procesos no son lineales).
Por eso el darse cuenta no es individual sino debe ser un hecho colectivo, social, no hay genios en esto, hay intereses y necesidades de una sociedad que demanda bienes y servicios que crea condiciones para que los inventos sean rentables. El conocimiento no es un bien de mercado, tiene valor social, el origen del valor de la soja el primero en “darse cuenta” fue el Estado argentino (Ver soja un poco de historia).
Según un informe elevado por el Doctor Aldo Casella y Luis Contigiani de FAA, que estudian la problemática de propiedad intelectual y recursos genéticos, sobre su participación en Tilcara, Jujuy, en un seminario de “Políticas de Acceso a los Recursos Genéticos RRGG en Argentina y América Latina”, organizado por el INTA, en la región Andina del país hay 74 genotipos de papas andinas fruto de más de mil años de conservación, selección y mejoramiento realizados por las comunidades indígenas y campesinas, que respondiendo a sus necesidades de sobrevivencias lograron el desarrollo de una gran cantidad de materiales genéticos.
Cito esto para demostrarle que el conocimiento es fruto de la participación de generaciones o si se quiere de una construcción colectiva que las Legislaciones tienen que respetar a la hora de entregarles a la “inversión privada” semejantes riquezas colectivas que de lo contrario sería un apoderamiento ilegitimo.
Sin primero haber arado, y experimentado en la agricultura durante miles de años, no podría haberse “inventado” la Siembra Directa
Es por eso que pienso que no es un hecho mágico sino un proceso de construcción social que desembocó en sembrar sin arar. Esto no menoscaba en nada su visión y labor a favor del sistema de labranza cero y tiene todo mi respeto y reconocimiento. Pero no las conclusiones que usted saca. Ni el modelo agrícola que predica. La SD para mí es un instrumento de la branza no un fin en si mismo.
Como todo “descubrimiento”, tiene antecedentes, y seguramente será también antecedente, porque Dr. Convengamos que el proceso científico de la siembra en la agricultura no se cierra con la siembra directa; sino que ésta será un eslabón más de esa evolución social del conocimiento que hablábamos anteriormente.

Endeudamiento de los 90: Irresponsabilidad Individual o Política de Estado
No coincido con usted en adjudicar el endeudamiento de los 90 a una actitud individual, irresponsable e irreflexiva de los productores. Comienzo recordándole las “célebres” palabras de ese visionario “tan típico de los 90”: el Dr. Jorge Ingaramo (hoy ejecutivo de la Bolsa de Comercio de Bs.As y ayer funcionario cavalista y Subsecretario de Agricultura de la Nación), que nos decía a comienzos de 1991 que debían desaparecer 200.000 productores agropecuarios. ¿Se acuerda? Nunca se expresó con tanta crueldad y claridad lo que vendría. Y erró por muy poco. Fueron 103.000 los productores que desaparecieron. ¿Irresponsabilidad individual o política de Estado orientada a concentrar tierras y rentas? “A confección de parte relevo de prueba”, dice un viejo precepto jurídico. No obstante le adjunto un excelente de trabajo del Ing. Miguel Peretti (nada que ver conmigo) que demuestra contundentemente que no hubo 103.000 irresponsables (son los que perdieron, pero endeudados estuvimos casi todos) que decidieron dilapidar el esfuerzo de 2 o 3 generaciones, para tener un pedazo de tierra y poder vivir dignamente. Sin lugar a dudas, eso fue una política planificada y ejecutada desde el Estado, al efecto de concentrar la tierra y la riqueza. Pero dejemos que Peretti Miguel hable por Peretti Pedro, que sus argumentos tienen una solidez muy difícil de rebatir pues son números de una realidad, escrita y expuesta con total honradez y objetividad, desprovista de todo interés ulterior más que el de servir al debate agrario de nuestro pueblo.(adjunto texto extraído de FAA, Lista Azul y Blanca):
Los números y las últimas dos décadas
(Por Miguel Peretti, investigador del INTA, sobre una variante del título: "Panorama agropecuario")
Lo que les voy a presentar son análisis técnicos que he venido haciendo a través de los años en el área de economía agrícola que es en el área donde trabajé en los últimos 30 años, estudiando lo que es la zona núcleo de la región pampeana.
Analizando un poco los últimos años, los eventos más importantes, primero ha sido el tema de la convertibilidad a partir del '91 que duró 11 años, después de ese periodo, todo lo que ustedes saben de la historia reciente, una fuerte devaluación de la moneda, y posteriormente la imposición de retenciones a la exportación, y la más fuerte fue a los granos, el 20 % a los cereales y el 23,5 % a los oleaginosos.
Es fundamental para hacer comparaciones entre períodos que estemos hablando de un mismo valor comparativo en lo que nosotros llamamos la moneda constante. Si alguien me dice por ejemplo que en el '98 ganaba 200 dólares por hectárea y hoy gana 100 dólares por hectárea, eso a mí no me dice absolutamente nada. No me dice si ese hombre está mejor, peor o igual que en el '98. Depende todo de la relación de este dólar con el costo de vida. Entonces, en todos los números que vamos a presentar, yo les voy a decir si son pesos corrientes o son pesos constantes. Para poder hablar de pesos constantes nosotros tenemos que referir a algo real. Algo real es un índice de precios. Hay dos índices que son muy comunes: El índice minorista (IPC), y el índice de precios mayorista (IPI). El IPC es un conjunto de mil bienes y servicios que usa una familia tipo (padre, madre y dos hijos en edad escolar).
Entonces, cuando nosotros decimos el trigo costaba 10 en pesos constantes, quiere decir que compraba 10, y si hoy decimos que cuesta 10 quiere decir que estamos comprando la misma cantidad de nivel de vida que en el otro periodo. O sea, que lo que estamos haciendo nosotros es poner el valor de la moneda, que en sí, no tiene ningún valor real si no lo expresamos en valor de qué compra para nosotros esos 100. Si nosotros lo comparamos entonces con este conjunto de mil cosas ahí lo estamos transformando en valor real. El índice mayorista es exactamente lo mismo, pero en lugar de usar mil productos que usa la familia tipo, se usan 700 productos que son básicamente insumes para producir (cemento, petróleo, acero, los productos agropecuarios en bruto: el trigo, el maíz, la soja, el novillo). Cuando decimos, esto vale 10 con relación al mayorista, estamos diciendo que vale 10 para comprar ese conjunto de insumos. Nosotros, desde que comenzó la convertibilidad veníamos analizando lo que pasaba con el sector agropecuario. En el año '98 cuando ya teníamos 7 años de convertibilidad hicimos un estudio en profundidad porque queríamos I explicar lo que había sucedido con el sector agropecuario, y porqué pasó lo que pasó. Tomamos zonas de la región pampeana, la zona núcleo, que está formada por 15 partidos del norte de la provincia de Buenos Aires, 7 departamentos del sur de Santa Fe, y los departamentos de Unión y Marcos Juárez en la provincia de Córdoba. Son más o menos 6 o 7 millones de hectáreas del corazón agrícola de la Argentina, que llegó a producir más del 60 % de la soja del país. Yo tomé esta zona y determiné el resultado económico de los principales cultivos que se realizaban en la agricultura de esta región. Como ustedes saben las tres alternativas qué ha venido usando el productor son: trigo soja (doble cultivo), soja de primera o maíz. Ese es el 93 y 94 % de todo lo que se sembraba en esta región. Estudiando estos tres cultivos, yo estudiaba prácticamente todo lo que había pasado con la agricultura de esta región. La característica principal de esta región es que es una de las mejores regiones agrícolas del país. Según el censo del '98 en esa zona había 32 mil productores con un promedio de 194 hectáreas por productor, pero el 74% de los productores tenían un promedio de 74 hectáreas, eran menores de 200 hectáreas. La concentración de pequeños productores era característica de esta región. Resumiendo, esa zona tenía 23 mil productores de los 32 mil tenían menos de 200 hectáreas. Lo que hicimos fue tomar dos periodos simétricos. El '82-'88, con el 92-'98 en plena convertibilidad.
En cada año, nosotros tomamos el precio de mercado del cultivo, en este caso el trigo llevado a moneda constante del último mes que nosotros estábamos haciendo el estudio, agosto del '98, ajustado por el índice de precios mayorista. Todos los números tienen el mismo valor comprando insumos para producir. Sea en el año que sea, me están diciendo qué valor tiene el precio de mercado del trigo, el costo directo, ei gasto de comercialización y cosecha, el precio en establecimiento; como capacidad de compra de insumos. Tomamos para cada año el precio del trimestre posterior a cosecha que es donde el productor vendía el grueso de su producción. Para trigo tomábamos diciembre, enero y febrero; para maíz tomábamos marzo, abril y mayo. Después teníamos el costo de producción que tomábamos de nuestra serie de costos que nosotros publicamos en INTA desde el año '79, y ahí teníamos cuanto era el costo siempre con la misma metodología, siempre hecho por los mismos técnicos. El precio de mercado, los gastos de cosecha y comercialización que había en cada campaña y llegábamos al precio del establecimiento libre de cosecha y comercialización que había en cada año. Después lo que hicimos fue sumar la producción de todos esos partidos y departamentos que integraban la zona núcleo, cuánto los productores de esa zona habían producido de trigo. Multiplicando las hectáreas que habían producido y la cantidad de trigo que habían producido. Multiplicando las hectáreas por el costo, nos daba cuánto habían gastado todos los productores de la zona núcleo en producir ese trigo. Después, multiplicando el producto de esa campaña, sumando todos esos departamentos esparcidos por el precio en establecimiento teníamos el ingreso bruto en cosecha y comercialización que el productor tenía en esa campaña. Eso se repitió para todas las campañas, del '82 al '88 y del '92 al '98.
En el caso del trigo, teníamos en la planilla: la superficie sembrada, la superficie cosechada, la producción, el rendimiento que tuvo en cada año, el costo directo, el precio en establecimiento, el ingreso bruto que había producido, la producción por el precio en establecimiento. El margen bruto era: el ingreso bruto menos la superficie sembrada por el costo. Así nos quedaba el margen bruto. Ese margen bruto dividido las hectáreas que habíamos sembrado, nos daba el margen bruto por hectárea que habían tenido todos los productores de la zona núcleo en esa campaña en el cultivo de trigo.
Después, sumamos todos los productos que se habían sembrado en la zona núcleo y lo que tuvimos fue la superficie sembrada total con trigo- soja, soja y maíz. La superficie sembrada es mayor que la superficie agrícola porque en el caso del trigo y soja de segunda estamos sumando dos veces la misma superficie. Esto es toda la superficie que sembraron los productores en ese año. Esta superficie la sembraron en 3 millones doscientas mil hectáreas. Allí sembraron 4 millones doscientas mil hectáreas. Hay un millón de hectáreas de trigo-soja. El resultado que teníamos era el ingreso bruto de toda la agricultura de la zona núcleo, y ahora lo dividíamos por las hectáreas agrícolas, y eso nos daba 289 pesos por hectárea para el año '82-'83.
Como promedio de los datos que se tomaron de la década del '80 podemos decir que se produjeron 11 millones de toneladas en esa zona. Un ingreso bruto de 1500 millones de pesos. Un margen de 984 millones de pesos y un margen bruto de 295 pesos por hectárea. Durante la convertibilidad hasta el '98 aumentamos el 12% la superficie agrícola, el 10% la superficie sembrada, el 10% la superficie cosechada, el 22% la producción. Porque se iba produciendo todo el cambio tecnológico. Se mejoraba la maquinaría, los agroquímicos, la semilla. Sin embargo, el margen en capacidad de compra de insumos era el mismo que en la década del '80. Para ver el resultado nos faltaban todos los costos fijos. Los costos fijos son: los impuestos fijos, los servicios, los gastos de movilidad, personal fijo, asesoramientos. Esos son los gastos de administración. El problema que1 se presentó fue el valor usábamos, porque los costos fijos son diferentes de acuerdo a cada chacra. Porque dependen del tamaño, de la .ubicación, de la bandera catastral... Nosotros, entonces usamos los costos fijos de unas unidades demostrativas que tenemos que la llevamos como empresa dentro de nuestra zona experimental. Una que tenemos de 180 hectáreas. Entonces, por hectárea, con esto estábamos estimando los costos de la hectárea. Era un número seguro porque lo teníamos registrado todos los años. Cuando al margen bruto le restamos los gastos de estructura, depreciación y los impuestos fijos, lo que nos queda es lo que se llama el ingreso neto.
Este es el ingreso que tiene el productor para vivir, y para pagar el impuesto a las ganancias. Esta cifra significaba lo que el productor sacaba después de haber pagado todos los gastos de producción, todos los impuestos fijos, la depreciación, lo que había perdido de valor toda su maquinaría y todos los gastos de estructura. Pagando todo eso lo que le quedaba era el ingreso neto. Otra vez acá, no hay gran diferencia, 169 contra 179. Llegado a este punto, nosotros decimos esto no explica nada de todo el desastre que estábamos viendo que estaba pasando en el sector I agropecuario. Estaban desapareciendo productores, se endeudaban, todo lo que ustedes conocen que sucedió durante la convertibilidad. ¿Porqué sucedía todo eso si estábamos ganando exactamente lo mismo que en la década anterior?. Acá viene un punto que lo explica, como si prendiera la luz y nos iluminara todo. Es el tema de lo que pasó en la convertibilidad con la relación de precios minoristas y mayoristas. Lo que nosotros hicimos fue tomar toda la serie de precios mayorista y minorista desde el año '60 hasta el año '98. El índice mayorista del '60 supongan que era 420 y este era 2024. A esta relación 420-2024, le llamé 100 a los dos. En el '61 aumentó el 13,5% el minorista y el 9,3% el mayorista. El 100 se transformó en 113 y el otro se transformó en 109. Así lo fui haciendo hasta el '91 que comienza la convertibilidad, y hasta hoy. Del '60 al '90, la inflación había sido del 35.805.000 %, porque con esto yo compraba lo mismo que con 100 pesos en el '60. El índice mayorista de la canasta familiar para la familia tipo que costaba 100, pasa a costar 35.805.000 millones de pesos. Eso es un fenómeno único en el mundo. Nosotros siempre tenemos soluciones milagrosas. Le empezamos a sacar ceros al peso. El peso que en el '60 era el peso moneda nacional que había nacido en 1899, en el '70 como venía mal la cosa le sacamos dos ceros y lo transformamos en peso ley, después, en el '83 le sacamos cuatro ceros más y lo llamamos peso Argentino, en el '85 vino Sourrouille e inventó el Austral y sacó tres ceros más, y finalmente vino Cavallo y le sacó cuatro ceros más en el '91 y lo volvió a llamar peso. Milagro argentino. Le sacamos doce ceros, entonces, lo que comprábamos con 100, ahora lo comprábamos con 350. Si nosotros hubiéramos mantenido el peso moneda nacional, para comprar los 100 pesos, teníamos que ir con 30 o 40 vagones llenos de pesos moneda nacional para comprar la misma cantidad de bienes para la familia. Pero con el milagro, con 350 lo arreglábamos.
Lo importante es lo que pasaba con la relación mayorista-minorista, la relación que era uno, se mantuvo durante muchos años siempre alrededor de uno, pero en el '89, 29 años después, con una inflación de 1.400.000 millones % el índice mayorista y el minorista eran exactamente los mismos, o sea, dos canastas de productos totalmente diferentes, tenían el mismo valor índice de precios. Habían aumentado 1.400.000 millones %. La relación se seguía manteniendo uno a uno. Cuando se produce la convertibilidad, los precios minoristas siguen creciendo durante dos o tres meses, siguen con el envión inflacionario. Los mayoristas, en cambio, se frenan inmediatamente, porque en el índice minorista hay un montón de productos que no son tranzables internacionalmente, no se pueden sustituir por algo importante. Por ejemplo, el boleto de un ómnibus. En cambio, en el mayorista casi todos los bienes son bienes tranzables, por ejemplo, una tonelada de cemento. Eso se frena en forma violenta a partir de la convertibilidad. En el índice minorista no se puede frenar. Si la profesora de guitarra de mi hijo me aumenta la cuota un 20%, yo no puedo traer otra profesora de España a que le enseñe guitarra a mi chico. Por eso los minoristas siguieron con un envión hasta que se vio que la economía se estabilizaba y se cortó. Pero, ese desfasaje que se produjo en los primeros meses no se arregló nunca más. La relación 1 a 1, se transformó en 0,56 en el primer año de la convertibilidad, y después, 0,47, hasta el año pasado que da 0,42. Esto significa que si yo produzco en este mercado, y consumo acá, perdí la mitad del ingreso. La relación mayorista-minorista cambió de tal manera que a lo que yo le llamaba 1, ahora vale 2. Entonces, con este coeficiente, el ingreso neto, después de todo este estudio nos entra a explicar todo lo que pasó.
El productor ganaba 180 pesos contra 355 que ganaba en la década anterior. Había perdido la mitad de su ingreso real. Esto significa que si un tipo vivía con lo justo con 80 hectáreas, con la convertibilidad dejó de vivir. Nadie baja después de estar acostumbrado a un ingreso x, a la mitad de ese ingreso. El nivel de vida que tiene armado junto a su familia, no puede bajar de un día para el otro a la mitad. Algunos productores pensaron que esto, esta caída brutal del ingreso de granos era una más de las altas y bajas que tiene la producción agropecuaria, como la lluvia, el granizo... Se empezó a endeudar en la cooperativa local para sostener su nivel de vida y para poder seguir produciendo. Los que no se avivaron a tiempo, llegaron a un nivel de endeudamiento en el '94, '95, que ya no tenía solución. La única solución era vender su tierra, e irse del sector. Otros que se avivaron muy a tiempo, en el '92,'93, alquilaron su tierra y se fueron. Después están los intermedios que perdieron una parte del campo y pagaron sus deudas y se fueron del sector. Todos esos se fueron del sector. Los que se quedaron para poder compensar la baja del ingreso tenían que aumentar la hectárea.
Todos los cálculos que vimos hasta ahora, fueron hechos para un propietario. Esto significó que tenía que duplicar su chacra. Si tenía 100 hectáreas, tenía que tener 200 hectáreas propias, y eso era imposible porque a un productor de 100 hectáreas no le van a dar crédito para comprar en ningún banco. Además las hectáreas en dólares habían pasado a valer 5000 en ese entonces. Medio millón de dólares. ¿Quién le iba a dar el crédito, y cómo lo iba a pagar?. Entonces, la salida fue aumentar la entrada a través del alquiler. Empezó la puja por los alquileres y lo que pasó fue que subieron de 8 quintales a 12, 14. Lo cual significó que para tener el mismo ingreso, tenía que producir 3 o 4 hectáreas más alquiladas para aguantar en una propia. Lo que él ganaba de margen en una propia necesitaba 4 alquiladas. Eso significa que un productor de 100 hectáreas para ser igual que en la década del '80 tenía que trabajar 400 o 500 hectáreas para compensar el ingreso de las 100. Para aumentar esas 4 veces tenía la necesidad del capital de trabajo; 4 veces más semillas, 4 veces más agroquímicos... Eso lo sacaba, si tenía crédito, del endeudamiento que creció vertiginosamente durante la década del '90. Esa es la explicación de porqué se llegó a tal nivel de endeudamiento en el sector agropecuario. Porque no bastó con los miles que se fueron del sector. Los que se quedaron produciendo, aumentaron tremendamente su endeudamiento para poder compensar con hectáreas la pérdida de ingresos que habían tenido.
A partir del '98, sobre llovido mojado, a la convertibilidad se le sumó la crisis internacional que empezó en el sudeste asiático e hizo un desastre en la economía mundial, después vino la debacle total de Rusia, después vino la gran devaluación brasilera... Como resultado de todo eso, cayeron en dólares los precios de todos los productos agropecuarios, entre un 20 un 25%. Eso se sumó a esto. Sobre los niveles que teníamos acá, del '98 en adelante los productos agropecuarios bajaron el 25%. Yo le agregué el resultado de los últimos años, para que vean como resultó.
Seguimos sembrando, le agregamos otras 600 mil hectáreas de siembra a la zona núcleo que parecía que ya no había lugar donde sembrar, le agregamos 3 millones y medio de toneladas de granos, pero el ingreso de 309, se vino a 291. Cayó un 18% respecto a la primer parte de la convertibilidad. El ingreso neto en moneda mayorista que antes no había variado, bajó de 179 a 113. No solo cayó el ingreso real del productor, sino la capacidad de compra de insumos. Un ejemplo es que para 24.000 pesos del final del periodo del 2001, el productor para sacar eso en el '82-'88 necesitaba 67 hectáreas, en la convertibilidad necesitaba 132 hectáreas, y en los últimos años de la convertibilidad necesitaba 212 hectáreas. Siempre hectáreas propias. Este fue el efecto de la convertibilidad en el sector agropecuario, en la producción agrícola de la región pampeana. Lo que pasó en los demás sectores es muy similar. El resultado fue que algunos productores que pudieron mantener sus hectáreas, de 17.000, pasó a trabajar 54.000, ese es un ejemplo tomado sobre 8 productores. La mayoría de los 8 son empresas familiares, ninguno es una multinacional. Están igual que en la década del '80, pero están trabajando 10 veces más, algunos con siquiatra, algunos con deudas millonarios en dólares que si no venía la pesificación no sé que iba a pasar. Eso es lo que pasó con los que se quedaron. Además, estos productores, tuvieron que desplazar a 140 productores medios para poder alquilar esas tierras, porque esa es tierra alquilada. Los 140 deben estar manejando un remiss en algún pueblo.
Estos son datos del último censo, en la misma superficie, Marcos Juárez y Unión, 1.873.000 hectáreas, plena zona núcleo; de 6.330 productores que teníamos en el censo del '88 nos quedan 4.170. Desaparecieron 2.158 productores, el 34,1%. De cada tres desapareció uno. Enero y diciembre de 2002. Mercado de Chicago. La soja, de 160 dólares por tonelada pasó a 200. Aumentó el 31%, y llegó a 220 en agosto. El maíz, de 80, pasó a 95. Aumento el 19%, y llegó a 110 en septiembre. El trigo, de 110 pasó a 135. Aumentó el 23%, y llegó a 160 en octubre. Esto es la prueba de que la retención, por suerte, la pagamos con el aumento de los precios internacionales. Entonces, gran parte de la devaluación, se traslado inmediatamente al dólar. En el sector agropecuario hay que distinguir lo que pasó con los granos, y lo que pasó con los otros productos. Ustedes saben que todo lo que es exportable entró en crisis. Por ejemplo, los porcinos, como el maíz aumentó el 300%, el cerdo aumentó el 20%, entonces había sido un desastre total. El vacuno tampoco reaccionó inmediatamente. Todo eso, a partir del segundo semestre de 2002 se fue emparejando. Los productos agrícolas, los granos, han ido quedándose, incluso bajando, por la baja del valor del dólar, y también porque bajaron los precios internacionales. Los productos de los otros sectores se fueron incrementando continuamente. De manera que se está emparejando la balanza, al menos en lo que respecta a los productos pampeanos. Las carnes, la leche.
El promedio de los últimos 3 años, junio de 2002, seis meses después de la devaluación, y febrero de 2003. El trigo, de 106 pasó a 398, aumentó el 275%, después se cayó un 12%, en total, aumentó 230. El maíz, de 83 pasó a 268, aumentó el 222, bajó a 240, aumentó el 190%. La soja, de 171 pasó a 505, ahora está en 540, subió un 7% en el último semestre. Es el único caso de los tres principales granos que subió en el último semestre. El novillo en el primer semestre de la devaluación, cuando todos los productos habían subido más de un 200 hasta el 270%, había subido solamente el 56%, porque tiene un 90% de consumo interno, y el consumo interno no tiene más plata. Ahora fíjense lo que pasó en los segundos 6 meses hasta hoy. El novillo de 136 se fue a 210, aumentó el 54%. En definitiva, hoy estamos un 141% sobre el precio del último trienio por medio de la convertibilidad, y un 50% en carne. Por último, lo que les voy a mostrar es como variaron los márgenes de la zona núcleo después de la devaluación en moneda corriente, y después en moneda constante. El trigo: el costo aumentó un 200%, el precio de mercado aumentó en 227, el precio en establecimiento aumentó el 254%. De 8$ paso a 28,50; y el margen, de 100$ pasó a 400. Aumentó un 310% con el mismo rendimiento de 25 quintales. El maíz: el margen pasó de 247$ a 861$ por hectárea, aumentó un 248%. La soja de primera: el margen pasó de 260$ por hectárea a 883$ por hectárea, aumentó un 237% con el mismo rendimiento de 30 quintales. La soja de segunda, 22 quintales, margen bruto de 177 pasó a 614, aumentó un 146%. Los precios de los productos en capacidad de compra. Hoy, por un quintal de trigo yo compro por 35$ de la canasta familiar. En los últimos 3 años de la convertibilidad compraba 15 $, ese mismo quintal de trigo, de la misma canasta familiar. En los primeros 7 años de la convertibilidad, '92-'98, compraba 21$, pero del '82 al '88 compraba 43$. Hoy estoy comprando menos que en la década del '80. Los precios reales, en términos de nivel de vida del trigo en la década del '80, eran mayores que los actuales; a pesar de las retenciones. Eso es en una situación estática. Veamos que pasa en los márgenes. El maíz: hoy es 24, justo el doble de lo que fue en los últimos tres años. Con un quintal de maíz, compro el doble de nivel de vida de lo que compraba en los últimos tres años. La soja: Hoy 54, eran 24, estoy 131% mejor que en los últimos tres años de la convertibilidad, pero está un 30% peor que en la década del '80. El novillo: está un 70% mejor que en los últimos tres años, pero un 20% peor que en la década del ' 80. El porcino: está 94% mejor que en los últimos tres años, pero un 39% peor que en la década del '80. En medio de todo esto está el avance tecnológico. Hoy, somos mucho más productivos, mucho más eficientes, producimos más con menos costos relativos que en la década del '80.
Si pasamos los márgenes del estudio del '98 a $ mayoristas de hoy. Capacidad de compra mayorista que teníamos en cada uno de los anteriores periodos con el margen que nos daba una hectárea de agricultura con la combinación que hacían los productores tanto % de maíz, tanto % de soja, tanto % de trigo- soja; que salía de todas las estadísticas que habíamos usado.
En la actualidad, un 18% de maíz, un 33% de trigo-soja y un 49% de soja de primera; nos da 927$ por hectárea, con los precios de hoy, con los costos de hoy. Este es el más alto en pesos mayoristas de todas las épocas. Estamos un 44 por encima de lo que teníamos en el '80. A pesar de que todo los precios de los productos están por debajo, estamos por encima gracias a la tecnología. Si nos hubiéramos quedado tecnológicamente en la década del '80, estaríamos mucho peor de lo que estamos en términos de capacidad de compra por hectárea. Esto es en compra de insumos, pero si lo medimos en términos de la canasta familiar, solo estamos un 6% por encima de lo que teníamos en la década del '80. No se crean el verso de que hemos mejorado significativamente, de que tenemos para tirar manteca al techo. Después de haber aplicado toda la tecnología, después de haber aumentado todo el rendimiento, después de haber aumentado la eficiencia; estamos solamente un 6% mejor que en la década del '80. El mejor momento de la historia, pero es muy efímero. Estamos un 170% mejor que en los últimos tres años. En términos de compras de insumes estamos un 75% mejor que en los últimos tres años, y estamos un 44%. Mejor que en la década del '80. Sería importante que todos estos datos los tomen ustedes para sus decisiones políticas. Estos son datos lo más honestos posibles. Lo más desafectados de cualquier influencia de un lado o del otro, y no tienen intención de favorecer o perjudicar a nadie. Son los datos reales, en términos reales.